El bulevar de la vida
Lectura nostálgica para peledeístas desbocados
Pablo McKinney
Corría marzo de 1999 cuando uno escribió lo que sigue, días después de la ordenada elección de JT. Pérez como secretario general PLD. Lo reproduzco hoy para nostalgia y reflexión de los peledeístas que andan por ahí hechos unos perredeístas años 80, mientras ahora es el PRD quien nos aburre con convenciones pacíficas y ordenadas, resueltas en seis horas y sin violencia. Me lo dijo el viernes, Juancito Pérez Vidal, alias Tito, en “El Bomba” de Alma Rosa: “Maquinini, en este país sólo hay que estar vivo pa’ ver vainas”: Lean.
Un partido aburrido. (LD, marzo 1999) “Por la forma en que acaba de realizar sus elecciones internas, el PLD está negando la esencia del partidarismo nacional y nos quiere matar a todos de aburrimiento. Ese partido aumenta el número de miembros de su CC y su CP, elige y posesiona a un nuevo secretario general, y lo hace con una calma y un orden que desesperan (¼) Como si estuviera anunciando los ganadores de unos Juegos Florales, Alejandrina Germán viene y ofrece los resultados de las elecciones y nadie insulta al otro ni acusa al compañero de fraude ni manipulación del padrón. Y esto, en el país del “dedo” y el 2+2, no es política sino catecismo. Alguien me contó que cuando un seguidor de Lidio Cadet se le acercó entristecido y le dijo: Profesor, perdimos. Éste le respondió sonriente: Perdiste tú, yo voté por José Tomás. ¡Qué raros que son estos peledeístas! Con comportamientos como estos, el PLD se aleja de las raíces andaluza-africanas del país “cherchoso y bebentino” que somos. Tierra surrealista que gusta del caos con cerveza Presidente “fría”, que se da sus "voladoras" sin problemas y disfruta y se ríe de sus penas y hasta las baila. Así como al pueblo llano no le inspira respeto el hombre que no "bebe", ni cervecea entre mulatas, así anda uno esquivo con este partido, cuya disciplina y organización no dan espectáculo. (¼) Si el PLD quiere seguir siendo gobierno va a tener que revisar sus métodos. Tanta disciplina confunde, crea sospechas y aleja a ese partido de las masas, del "tíguerebinbín" barrial a lo Elvin Vinicio Raposo, cuyo voto vale igual que el de doña Mery Marranzini o Mu Kien Adriana, para hablar de damas que uno respeta mucho. El PLD es un partido tan “estrei”, organizado y predecible, que si no fuera por las bellaquerías de los perredeístas, ya nos hubiesen matado a todos de aburrimiento.”
Evidentemente, los amigos del PLD no entendieron que en ese entonces hablaba uno con ironía y cinismo literario del peor, y –lamentablemente- con la torpeza de un enamorado adolescente, me hicieron caso. ¡Y ahí están los haraquiris mediáticos de cada día!
Por cierto, si ven por ahí a los miembros del Comité Político que han permitido este destape en morado, les dicen que El bulevar de la vida “los saluda todo el día.”
lunes, 19 de febrero de 2007
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