Ser humano es un fenómeno de comunicación. Vivimos en cuanto percibimos y compartimos. Este es un espacio para alcanzar a la mayor cantidad posible de otros seres humanos y compartir lo que vivo, pienso y juzgo.

domingo, 30 de diciembre de 2007

No hay lugar para los pobres

“Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.”

No hay lugar para los pobres como Jesús o Fernando...


TIRADO EN PATIO DE VIVIENDA ABANDONADA
Hospital de San Cristóbal rehusó atender a un haitiano enfermo
El inmigrante se encuentra tirado hace más de una semana en una vivienda del barrio Jeringa, ubicada a escasos metros de donde el presidente Fernández cenó la Nochebuena.

Panky Corcino/Clave Digital
Orlando Ramos/Clave Digital

SAN CRISTÓBAL/República Dominicana.-La Junta de Vecinos de Jeringa denunció que el hospital público rehusó recibir a un inmigrante haitiano que se encuentra enfermo y tirado en el patio de una vivienda abandonada de este sector.

Braulio González, de 52 años, contó que el haitiano se encuentra tirado en el patio de la vivienda desde días antes de que el presidente Leonel Fernández se presentara al barrio para compartir la cena de Nochebuena con la señora Miguelina Camarena Guantes.

El haitiano, que dijo llamarse Fernando, está arrojado sobre una pila de trapos viejos y basura al otro lado de la calle donde el presidente Fernández cenó junto a su esposa, Margarita Cedeño de Fernández; el vicepresidente Rafael Alburquerque, y varios miembros de su gabinete.

González, de la Junta de Vecinos de Jeringa, contó que los miembros de la seguridad del gobernante trataron de sacar al haitiano para otra vivienda, pero que él pidió que lo llevaran al hospital.

"El lunes alguien (de las personas que preparaban la visita d el Presidente) habló de quitarlo (al enfermo) de ahí y llevarlo a otro sitio, yo dije que era mejor llevarlo al hospital", dijo.

Contó que el haitiano dice "que le duele todo el cuerpo". "Desde la siete de la mañana (del jueves) fui al hospital y me dijeron que no lo podían venir a buscar si no había una persona que se hiciera responsable. De ahí me enviaron a la Cruz Roja y de ahí me mandaron a la Defensa Civil, y de la Defensa Civil y a donde los Bomberos", se queja Braulio González.

Cuenta que desde los Bomberos llamaron por teléfono a la Policía para que recogiera al enfermo, pero el organismo tampoco se quiso hacer cargo del extranjero.

Algunos residentes de Jeringa, como Amantita Pérez, de 62 años, trataron de alimentar al haitiano que, sin embargo, rehúsa ingerir alimentos sólidos. Los vecinos contaron que el extranjero deambula por el sector hace muchos años y se dedica a la venta de metales en los negocios que operan en el sector.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Crónicas dominicanas del narcotráfico

DAM. Si la noticia servida por El Caribe es fiel a los hechos, en cualquier país donde opere un verdadero estado de derecho tendría a los señores José Altagracia Alfonseca Rondón, Disiry Fermín López, José Alberto Jiménez y Narciso de Jesús Acosta Núñez al menos bajo intensa investigación. Los días por venir confirmarán o negarán mi tesis.


DNCD captura capo con un kilo de coca y juez lo libera horas después
Ministerio Público se queda con la droga, alegando que "puede haber sido que se la pusieron"
Por Redacción / elcaribecdn.com
Sabado 29 de diciembre del 2007 actualizado a las 11:23 AM

La droga ocupada por la DNCD fue retenida por el fiscal, el cual se ha negado a remitirla a la sede central de la institución.(Fuente Externa).

La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) capturó ayer a un reconocido narcotraficante de Cotuí, al que le fue ocupado un paquete con un peso superior a un kilo, pero el arrestado fue puesto en libertad horas después por un juez de la Instrucción, sin garantía económica, para que 'se presente' cada 15 días ante el fiscal de esa jurisdicción.

El detenido fue identificado como José Altagracia Alfonseca Rondón, quien tenía la droga en un bulto -camuflado con prendas de vestir- en un vehículo tipo jeepeta, marca Infinity, acompañado del nombrado Disiry Fermín López, también puesto en libertad. La droga ocupada por la DNCD fue retenida por el fiscal, el cual se ha negado a remitirla a la sede central de la institución.

La información sobre el arresto y posterior puesta en libertad fue ofrecida por el presidente de la DNCD, mayor general Rafael Radhamés Ramírez Ferreira, quien dijo que Alfonseca Rondón tiene una ficha abierta en el archivo de la agencia antidrogas, la cual data de marzo de 1992.

Indicó que Alfonseca Rondón era perseguido por la DNCD desde hace varios meses, por sus vínculos con el narcotráfico, pero "lo lamentable es que a no menos de cuatro horas de su arresto fue puesto en libertad", con el ingrediente de que el Ministerio Público se quedó con la droga, alegando que "puede haber sido que se la pusieron".

Además del paquete de cocaína ocupado al "reconocido kilero', la DNCD le retuvo una pistola y un teléfono móvil, los que también les fueron devueltos al imputado. El decomiso se produjo en presencia de la fiscal adjunta Juana María Hernández, quien certificó que la droga estaba en el vehículo de la citada persona, dijo.

Ramírez Ferreira, hablando a través de su vocero, el periodista Roberto Lebrón, exigió la remisión de la droga a la sede de la DNCD, en Santo Domingo, a los fines de ser enviada al laboratorio para que sea analizada, porque "resulta sospechoso que un funcionario del Ministerio Público retenga una droga y no entregue, es lo ordinario".

"El arresto de esa persona se produjo en flagrante delito, una de las pautas trazadas por el Código Procesal Penal para una persona ser encausada, en este caso por violar la Ley 50-88. Y si estaba presente un fiscal al momento del decomiso, resulta improcedente que un individuo como haya sido liberado, como si fuera una burla para la DNCD", agregó.

Pidió al magistrado José Alberto Jiménez. Procurador fiscal de Cotuí, que envíe la droga a la DNCD para proceder a remitirla al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) para el análisis de rigor. El juez que dispuso la libertad de Alfonseca Rondón, sin garantía económica, es Narciso de Jesús Acosta Núñez.

De otro lado, Lebrón dijo que en la víspera fueron arrestadas otras 47 personas en operativos y allanamientos realizados a nivel nacional, a las que se les ocuparon 188 porciones de cocaína, 113 de crack y 126 de marihuana. Una buena parte de esos arrestos se produjeron en La Capital, San Pedro de Macorís, La Romana, Santo Domingo Este, San Francisco de Macorís y Santiago.

jueves, 27 de diciembre de 2007

El hombre de las Mil Máscaras

El hombre de las mil máscaras
Por David Álvarez Martín.
davidalvarez144@yahoo.com

La primera referencia que vino a mi mente cuando escuché “El hombre de las mil máscaras” fue la exposición de la obra de Picasso en el 2006 en el Museo Barbier-Muller de Barcelona. Pero el Hombre de las mil máscaras a que se refiere este artículo es una estatua de bronce y está en la Avenida Duarte casi esquina con Benito González, justo frente al Cine Max, un precioso edificio de Art Deco abandonado por la indolencia e ignorancia de nuestras autoridades.

Por eso cuando me encontré con mi buena amiga Pochi en los funerales de nuestro común amigo José Luís Alemán le pedí información sobre los incidentes que estaban ocurriendo en torno a esa estatua de bronce debido a que ese antiguo cine opera una secta de origen brasileño que se identifica con el nombre de “Pare de sufrir”. Miembros de ese grupo fanático, comercialmente bien articulado, ha dañado la estatua en varias ocasiones y con el alegato de que es una representación del demonio moviliza la ignorancia y miseria de sus seguidores contra una joya emblemática de la herencia china en nuestro país.

El primer hecho que hay que destacar es el valor de contar con un Barrio Chino en la ciudad más antigua de América. Proyecto ansiado desde hacía tiempo y que ha pasado por muchas vicisitudes hasta el presente, donde ya es un hecho. En su email Pochi lo describe de manera inmejorable. Lo trascribo en los siguientes tres párrafos.

El Paseo Chino de la Duarte esta compuesto de unas 6 estatuas alegóricas a personajes de la historia y la cultura china que representan el Dios de la Fortuna, la Princesa de la Suerte, el Guerrero, el Inmigrante Chino, un Monje Budista y el Hombre de la Mil Mascaras del Teatro Chino. Hay unas jardineras con arboles de Ilang Ilang, dos Portones Chinos con seis leones, unos pequeños kioscos de información turística y unas lamparas en estilo chino que todavía no han sido colocadas.

Hay una plaza al Maestro Confucio como simbolismo de la Filosofía y la Ética. La imagen del pensador en bronce de unos 3 metros de altura se erige frente a un mural con un trabajo artístico en cerámica representado un Dragón y una Ave Fénix, característicos del más alto poder en China. En el mismo lugar se aprecia una fuente escultural de mármol tallada con figuras de caballos y peces. La plaza está bordeada de árboles de Bambúes y de Manzanas Malayas en la intersección de la Avenida México y Jacinto de la Concha.

Otro elemento será la Plaza del Zodiaco Chino en la calle José Martí entre Benito González y Avenida México. En ella se está construyendo una pequeña pagoda a la Diosa de la Misericordia llamada Kwen Yin en un conjunto de paseo con las 12 estatuas del Zodiaco Chino. El calendario chino se rige por el periodo de la Luna y se rota cada doce años en lo que se denominan los años correspondientes a cada uno de los animales de la constelación que van desde la Rata hasta el Cerdo.

Es fundamental nuestro compromiso con tan hermosa obra, su culminación y valoración. No sólo para que los turistas la valoren, también para que todos los que valoramos la ciudad de Santo Domingo y el gran aporte de la comunidad china a nuestra cultura la visitemos de manera regular.

Un segundo aspecto es movilizar voluntades para que el Cine Max y el Cine Diana sean recuperados por el Estado Dominicano o la Ciudad de Santo Domingo y se conviertan en espacios para el desarrollo artístico y cultural. Uno de ellos sería excelente como extensión de la Cinemateca Nacional.

Sectas como la mencionada seguirán teniendo seguidores mientras no tengamos un buen sistema de educación pública y el Seguro Familiar de Salud no opere a plena capacidad y con calidad. Mientras tanto todos los dominicanos y dominicanas tenemos el derecho de exigir que esa obra de arte sea protegida del fanatismo y la ignorancia.

martes, 25 de diciembre de 2007

P. José Luís Alemán sj.

DAM. Reproduzco este artículo tomado de http://www.pciudadana.com/ como evocación cariñosa a un gran amigo, sacerdorte y académico.

CUALIDADES DESEABLES DE LOS POLÍTICOS Y DE LOS PARTIDOS

Conferencia Magistral Presentada Por El Dr. José Luis Alemán S.J.
14 de Diciembre del 2005


La deseabilidad y más aún la indeseabilidad de cualidades supone una métrica normativa. La normatividad a su vez puede nacer o de una cosmovisión de carácter general y universal o de su aceptabilidad o inaceptabilidad social en un tiempo y lugar determinado. Tanto el tiempo como el lugar pueden generalizarse a un grupo de países, América Latina a fines del siglo XX por ejemplo, o restringirse a un muy concreto lugar y año: la República Dominicana en este 2005.


Sería largo el trabajo y reducido el índice contentivo de normas universales en el campo de la política y nunca faltarán quienes exijan una mejor justificación filosófica o al menos reclamen más matices de los items sugeridos lo cual equivaldría a la muerte de la política o seguramente de la Realpolitik simplificadora inigualable de la complejidad social en nombre del realismo pragmático.

Pero tampoco parece decente que por dudar racionalidad y exactitud a los enfoques normativo acabemos dejando que cada político haga lo que mejor le parezca o más probablemente lo que mejor le convenga.
Sigamos pues la recomendada vía media propuesta por Aristóteles (1) tan fielmente trillada por economistas filósofos como Sen (2) o filósofos economistas como Rawls (3): morales son quienes siguen lo que “los mejores” creen que satisface los deseos y las exigencias de una sociedad y lo que ellos opinan que la mayoría opina o lo que de ésta dicen las encuestas de opinión.

No nos escandalicemos; hasta en las más puras ciencias tomamos como criterio de verdad lo que Schumpeter llama “conjunto mágico de creencias no totalmente divorciadas de la realidad, no sobreviviría una secuencia de fracasos, que, aunque derivadas de fuentes que no son empíricas, influyen en el análisis de los hechos”(4).
Tratemos, pues, de lo que famosos y reconocidos pensadores opinan sobre la deseabilidad de algunas cualidades de políticos y partidos, basados en la esperanza de que la crítica intelectual refleja en hondura el sentido común popular, gran decantador de lo que más nos conviene.

En última instancia no hay mejor criterio epistemológico de verdad sapiencial que el famoso “nadie sabe mejor que uno lo que más le conviene” o, en principio, nadie sabe mejor lo que a todos conviene que los pocos pensadores cuya opinión nos parece sincera y real. Hasta en la sutil área de discernimiento de espíritus hay sensatos y convincentes criterios (5) irreductibles a la pura lógica de los juicios sintéticos a priori o a posteriores.
Veamos, pues, lo que de los políticos dice Max Weber, de la política Ottone en Chile y en España Felipe González, Rawls y Buchanan de la raíz moral de las instituciones. En sus opiniones probablemente encontremos respuesta a nuestros mejores deseos.

Cualidades deseables de los políticos.

Oigamos a Weber en su famosa disertación sobre la vocación política dirigida a estudiantes de Mûnchen en catastróficos momentos de la historia alemana, 1919, cuando el paso del Imperio a la democracia impulsaba a los universitarios a dedicarse a la política profesional para crear una sociedad nueva. La política en momentos críticos en la historia de un pueblo se convierte en una actividad moral (6).

Weber, profesor de inmenso prestigio que se atrevió a pedir al Jefe del Ejército Imperial, el mariscal von Hindenburg, sublevar al ejército para deponer al Kaiser Guillermo y concertar la paz, expuso su parecer sobre lo que debe ser un político a tiempo completo: dedicación a una causa nacional no personal ni puramente partidista, sentido de proporción entre ideales y realidades y aceptación de su responsabilidad respecto a las consecuencias de sus decisiones.

a) La dedicación a una causa de envergadura, hoy diríamos a un proyecto de Nación, exige una voluntad política creyente y apasionada en lo que se refiere a la energía y al tiempo. Esta dedicación no es emocional sino fruto de convicciones personales. Indeseable es un político que tiene como causa y meta fundamental, la satisfacción de vanidad que dan la apariencia de poder social al status o al enriquecimiento. El ideal es el bien común, tan de evasiva concretización pero no puramente el personal. Esto no significa, por supuesto, que no asedien al político profesional las tentaciones del poder y de la riqueza; pero si ellas se convierten en el norte de su actividad el político se hace peligroso e indeseable.

b) La causa del político y su seguimiento implica sentido de la realidad definida como posiblidad de los medios para alcanzar el fin. El fin es la estrella polar de su actividad pero ésta debe no sólo aceptar sino reconocer la dinámica de una sociedad y la segura oposición de muchos sea por intereses económicos sea por razones ideológicas, morales o religiosas. El político deseable buscará siempre acercarse al ideal nacional que lo anima pero aceptando que otros piensan o actúan de otra manera y que sus decisiones tienen que ser tenidas en cuenta sin ser avasalladas. Indeseable es una política centrada únicamente en fines últimos (tipo “sermón de la montaña”) porque será intolerante con quienes buscan otros fines y no vacilará en eliminarlos coactivamente no sólo de obra sino también de palabra y de discurso. La justificación de la intolerancia difiere por su ideología, desde pretendida incapacidad del adversario político para gobernar eficazmente hasta utopías fundamentalistas, pero siempre significa conculcar los derechos de los demás. La división de poderes con real independencia del poder judicial y acatamiento a las leyes no es sólo un imperativo para equilibrar los poderes del Estado sino para disminuir toda concentración de elementos coactivos que dificulte el respeto a disentir de los ciudadanos.

c) La aceptación de la responsabilidad por parte de un político respecto a todas las consecuencias que acompañen en el futuro sus decisiones actuales es resultado natural de dos realidades: capacidad del político para afectar el futuro y extrema complejidad de una sociedad democrática. El político se hace garante de un futuro que no puede dominar; nada más justo que achacarle el éxito o el fracaso de su políticas.
Lo opuesto a esta aceptación de todas las consecuencias del quehacer político es darse a la poca fecunda y en realidad primitiva tarea de achacar sus inconvenientes o fracasos a los tiempos, al poder de los Estados Unidos o a pasados gobiernos aun cuando estos factores sean parcialmente verdaderos. La única manera de conjugar dedicación a una causa y responsabilidad es la intuición serena y objetiva de la naturaleza y sentido de las principales fuerzas económicas y morales que actúan sobre los políticos. Tanto la proporción entre realidad e ideal como la aceptación de responsabilidades exigen en el político el cultivo sistemático de cierta distancia entre él y las personas de su entorno. Sólo así se puede evitar el doble escollo de la entrega a los amigos y del odio a los enemigos. Sólo así existe la esperanza de una liberación mínima de intereses personales. Sólo así se puede aspirar a discernir el peso específico del ideal y de las realidades.

Conclusión sobre los pecados mortales del político profesional, el que vive de la política: falta de objetividad, falta de responsabilidad, falta de causa importante para los miembros de una sociedad.

Cualidades deseables e indeseables de la política y de los partidos

Partamos primero de la opinión de Ottone sobre lo que hoy es política deseable e indeseable en Chile. Oigamos después a Felipe González hablando de lo que él hizo como Presidente del Gobierno español. Ambos países estaban divididos profundamente a lo largo de ideologías mutuamente irreconciliables. Ambos países parecen haber llegado a un acuerdo sustancial sobre cómo debe ser una política deseable y posible sin exacerbar las diferencias existentes.

a)Antes de discutir cómo logró Chile gobiernos estables aceptados por una gran mayoría reflexionemos sobre la situación actual del sistema imperante en América Latina, la democracia política.
La opinión pública proclama que en los procesos de ajuste y de reorganización para adaptarnos a las demandas de la globalización quienes pagan las crisis son los de abajo mientras campean políticamente elites corruptas. La reacción es el incremento de posiciones nacionalistas y extremas, por una parte, y el descrédito de gobernantes y partidos, por otra parte.
Son innegables fenómenos masivos de exclusión social, de extensión de una economía criminal generada por el narcotráfico y por la corrupción y la tendencia sobre todo en “los medios” de acentuar la política como espectáculo y de aupar la sociedad civil sobre la política. Ottone denomina esta última tendencia “doxocracia”, poder de la imagen, pero reconoce que en el fondo tiene sólida explicación porque la calidad de la oferta pública no satisface la demanda ciudadana de más institucionalidad, mejor justicia, mayor seguridad pública y mejor administración de la cosa pública.
La “democracia mínima”, la que ciertamente tenemos, a pesar de sus inmensa ventajas de poder destituir en tiempos fijos a gobiernos que la mayoría juzga ineficientes y de respeto a las minorías que pueden convertirse a través del voto en mayorías, no basta para legitimar el sistema político.
Bobbio habla entonces de una “democracia exigente” que implica, además de la libertad, un compromiso real por una mayor igualdad en las condiciones materiales de vida y la exigencia de que el Estado utilice su poder para contribuir a moderar las mayores desigualdades materiales.

b)Surge entonces la pregunta sobre la política deseable.
En Chile la dictadura, dice Ottone (7), generó varios efectos no buscados. Uno de ellos , quizás el más importante y novedoso “fue que en vez de destruir la izquierda generó dos izquierdas” : la “radical” y la “democrática liberal incluyente” de la socialdemocracia unida a la democracia cristiana.
La izquierda radical minoritaria espera todo de la política y nada de los mercados, es ferozmente contraria a los mercados y su discurso de toma y ejercicio del poder es violenta en teoría y a veces en la práctica.
La otra alternativa, la democrática incluyente, tiene, y sigo a Ottone, las siguientes características: 1) el Gobierno es elegido como resultado de la libre elección de los ciudadanos; 2) mantiene los mecanismos de los mercados como forma esencial de asignación de recursos; 3) pero implementa de modo gradual pero perseverante políticas públicas encaminadas a la inclusión de la mayoría de los ciudadanos en los beneficios del crecimiento, especialmente mediante una política fiscal redistributiva; 4) y busca o crea establecimientos de mecanismos de negociación y consulta con los actores sociales buscando la elaboración de políticas mediante un consenso con los representantes de los distintos grupos de interés existentes en la sociedad.
Esta democracia exigente sólo es posible y deseable, dice Ottone, cuando los partidos ganan la confianza del público en base a : 1) capturar la diversidad de intereses y opiniones; 2) generar cohesión social en base a más gobierno de las leyes y menos gobierno de los hombres; y 3) comprometerse en la práctica con la reducción de las desigualdades. Para eso los partidos políticos tienen que optar por programas graduales y perseverantes de reformas económicas, sociales y políticas incluyentes de todos los grupos sociales.
Los partidos políticos son indeseables cuando se muestran intolerantes con intereses y opiniones contrarias u opuestas, se consideran depositarios exclusivos y eternos del poder y practican una retórica orientada a la eliminación de clases, ideologías y partidos.

c)España como Chile, y quizás más, es un país profundamente dividido por ideas radicalmente opuestas: clericalismo versus laicismo; conservadurismo frente socialismo; derechas contra izquierdas.
En ese ambiente Felipe González (8), cacique de la tribu de izquierdas, postuló un nuevo marco para unir al país sin acentuar sus divisiones ideológicas. Esencial para lograrlo fue que los partidos dejasen de discutir sobre fines últimos del ser humano y de la sociedad. No porque esta discusión no importe, es lo más importante que uno puede hacer, sino porque esa no es tarea de la política sino la de lograr un apoyo general a metas aceptables para todos.

En otros tiempos los partidos de derecha y de izquierda se dedicaron en España a desprestigiar y a eliminar a sus oponentes en lugar de buscar programas comunes de convivencia. Han sido tan dogmáticos o tan plagados de intereses que no dejan espacio libre a concepciones distintas de la vida o de la política. Así nadie puede gobernar por la sencilla razón de que nadie acepta que se le quiera ultimar sin reaccionar con hambre de tomar venganza. Hay partidos que confunden la política con teología fundamental.

Felipe González emprendió una política tolerante de ideologías diversas y opuestas centrada en fines generales (no últimos) donde ni ciudadanos ni partidos registran desacuerdos importantes aunque sí en lo que toca a medios para conseguirlos. Habrá entonces quienes voten en contra de los medios pero no muchos lo harán contra los fines que servirán de base a un consenso estratégico que trascienda los términos de su gobierno. González animal pragmático eligió sólo tres fines (un consenso sobre más de tres fines es demasiado complicado): creación de capital humano por educación y salud, construcción de infraestructura física, e incentivar la seguridad nacional para que los españoles ahorren e inviertan en instituciones españolas.
La receta de Felipe González sobre las características que hacen deseable a los partidos son fáciles de resumir: respeto a posiciones sobre el sentido último de la vida y de la sociedad, por una parte, y proyecto nacional limitado a tres temas: capital humano, infraestructura física y financiación nacional, por otra parte. Sobre este proyecto fue posible buscar un consenso que incluya a todos.

Parece que esta no es la receta vigente en nuestros partidos. Parece que ellos están más interesados en desprestigiar posiciones de otros que buscar una estrategia compartida de crecimiento y distribución de la riqueza vía aumento de las capacidades de las personas y de los grupos. Reproducimos en pequeño, porque las discrepancias son más de intereses económicos y políticos que de concepciones últimas de la vida, la tragedia divisoria que ensangrentó a Chile y a España en el siglo XX.

Las sociedades injustas

Dos visiones complementarias: Rawls, Buchanan.

a) El análisis de Rawls en su sugerente y profundo estudio sobre la moral de los grupos sociales arranca de la capacidad intelectual del ser humano para apreciar la desigualdad social entre los miembros de una sociedad y de su sinceridad moral en aceptar que personas en muy inferior situación tiendan a considerarse injustamente tratados. La persona moral está dispuesta a oír la queja de quienes están peor que él y a discutir el principio de acuerdo al cual se sienten discriminados (igualdad de todos los seres humanos, desigualdad de la dotación inicial de recursos o de capacidades, derechos humanos, votación como método para resolver conflictos...). Una vez aceptado un principio éste debe tender validez ahora y en el futuro cuando llegue el turno a la discusión de si las quejas presentadas son justificadas, de acuerdo al principio convenido y de aceptar la decisión ventajosa o desventajosa.
De hecho Rawls propone tres principios de convivencia social para dirimir conflictos: máxima libertad individual, prioridad del bienestar de los menos iguales (ricos, educados...), e igualdad de acceso a cargos públicos en igualdad de circunstancias ( 9).
Lo interesante y lo altamente inquietante es la conclusión de Rawls: una institución, una sociedad son justos si y sólo si sus miembros muestran un compromiso firme e indubitable con el principio acordado para resolver diferencias. Ejemplo: si la mayoría de los miembros de una institución importante como los partidos políticos favorece el principio sólo cuando le conviene (por ejemplo dirimir diferencias sociales por votación mayoritaria) pero en la práctica lo rechaza cuando no le conviene, la institución es injusta en cuanto institución, y si ésta es la situación que enfrentan las instituciones principales de un país el país es institucionalmente injusto, aunque los ciuidadanos en el campo de sus obligaciones diarias se comporten moralmente, porque carece de principios reales para resolver conflictos de la sociedad.

b) Buchanan, premio Nobel de Economía y campeón de la Economía Institucional declaró sorprendentemente en 1998 que la ordenación socioeconómico-cultural en el siglo XXI exigiría de los economistas convertirse en algo así como filósofos morales porque el reto no sería primordialmente ni económico ni político sino moral. El ethos del nuevo orden mundial tendrá que ser, para satisfacer las necesidades de una sociedad, de ordenación moral entendida como la disposición de los ciudadanos a incorporar intereses colectivos a los familiares y personales. Para eso no bastan reformas institucionales, estilo OMC o CAFTA-RD, por importantes que son. Las reformas institucionales no crean por sí mismas una cultura solidaria que facilite su aprobación y ejecución. En el fondo sin lo que él llama un “espíritu” ( 10 ) las reformas estructurales tienden a ser frágiles.
Lo mismo dijo Max Weber al hablar del capitalismo moderno: sus valores y normas de conducta brotaron de una raíz religiosa, el Calvinismo, pero esa raíz se ha secado. ¿Qué y cómo injertar al tronco social? Carlos III, monarca español, ilustrado, religioso y racionalista, forzó en los 1770 la conversión de el sistema gremial de seguridad social de los gremios y cofradías nacido de fuentes religiosas y solidarias a otro de naturaleza laica y racional: el de los monte-píos (entre nosotros montes de piedad). El olvido del espíritu religioso sería funesto: banquetes y fiestas socializadoras sustituyeron las novenas y las procesiones. Pronto se notó que los costos aumentaban y la capacidad asistencial disminuía (10). La moraleja no es mantener a toda costa instituciones sociales religiosas sino recordar que las bases culturales de la solidaridad social se secan y que éstas no se recrean con sólo instituciones por bien intencionadas y financieramente equilibradas que sean.
Entre nosotros Hostos estimaba que un espíritu cívico racionalista vivificaría un nuevo orden sociopolítico. Meriño pensaba distinto: se negaba a aceptar que se estaban secando las raíces de una religiosidad popular y abogaba por urgir sus normas por la fuerza. Ambas corrientes cívicas conservan cierta vigencia.
Confieso que no sé ni qué ni cómo crear una nueva cultura de solidaridad. Tal vez ésta, aun en estos tiempos de consumismo tardío, se pueda levantar sobre el desprendimiento temporal y atención a los de debajo de parte de los líderes políticos de la sociedad, donde figuran ustedes también. Tal vez.

Diciembre 14, 2005.

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA

(1)Etica Nicomaquea, l. 6.
(2)Inequality Reexamined, Rusell Sage-Clarendon Press, 1992, ch. 1.
(3)Rawls, J.: Justice as Fairness, Philosophical Review, Vol. 67, 1958,
pp.164 ss.
(4)Capitalism, Socialism and Democracy, Harper, 1962, p. 121 n.2.
(5)San Ignacio de Loyola, Ejerccicios Espirituales, nn. 314-336.
(6)Politics as Vocation, Gerth and Mills: From Max Weber: Essays
in Sociology, Oxford University Press, pp. 77 ss.
(7)La Construcción del Acuerdo y el Consenso Político como base para
el desarrollo, Seminario sobre “Experiencia Internacional y Lec-
ciones aprendidas”, República Dominicana, diciembre 2005 (Se-
cretariado Técnico de la Presidencia). Fotocopia.
(8)Strategic Consensus for Latin America, Braudel Papers, No. 35, 2005.
(9)Ibidem, n. 2.
(10)Buchanan, J. M., Musgrave, R. A.: Public Finance and Public Choice.
Two Contrasting Visions of the State, The MIT Press, 1999, pp. 213
y 221.
(11)Enciso Recio, L. et alii: Historia de España. Los Borbones en el siglo
XVIII, Gredos, Vol. 10, p. 104.


domingo, 23 de diciembre de 2007

Entrevista a Gaarder

Los pensadores actuales no se preocupan por llevar su disciplina a la gente, asegura
Con mis historias busco regresar la filosofía a la plaza pública: Gaarder
Propone que nos preguntemos cómo podemos evolucionar como sociedad de forma sostenible
“La chispa en mis escritos es la forma en la que sigo experimentando la vida como algo mágico”

Ericka Montaño Garfias
www.jornada.com.mx


El filósofo Jostein Gaarder señala que el mundo sería mejor con más preguntas que respuestas, aunque admite que algunas personas “pueden ir a prisión sólo por hacer preguntas”
El cerebro humano está hecho para las historias, por eso prefiero hablar de temas filosóficos a partir de ese género porque me permite, además, acercarme a mi objetivo que es llevar la filosofía al lugar en el que comenzó: la plaza pública, el mercado y no dejarla a la televisión, dice en entrevista el filósofo noruego Jostein Gaarder.
“Es extraño: cuando escribí mis libros jamás pensé que llegarían a México, un país que está tan lejos del mío. ¿Cuál es la razón? Creo que es porque escribo sobre preguntas universales; creo que muchos de mis libros son tan relevantes en México como en Noruega, India o China. Pero indudablemente tiene que ver que escribo a partir de la narrativa y el cerebro humano está hecho para las historias.”
Reconoce que muchas veces los filósofos de la actualidad no se preocupan por llevar la filosofía a la gente común y eso es porque “se ha convertido en una disciplina académica. No se dan cuenta de que cualquier persona puede hacer filosofía por el mero hecho de que se hace preguntas constantemente.
“Ser filósofo significa para algunos llevar el título de doctor, de profesor y tienen esa pose de profesores con un lenguaje que nadie entiende. Por ejemplo, Hegel es imposible de leer, pero las personas dicen que es muy fácil” para guardar las apariencias, dijo el autor de El mundo de Sofía y La joven de las naranjas.
Sin embargo, agregó, “creo firmemente que los pensamientos claros son fáciles de esparcir. La chispa en mis escritos es cómo sigo experimentando que la vida es un misterio, un milagro, y creo que muchos no se dan cuenta de eso. Les pregunto: ‘¿no es extraño que el mundo exista?’ Y algunos me responden: ‘Sí, es cierto, pero nunca me lo había preguntado’.
“También porque me di cuenta de que la vida es corta, muy, muy corta. Cuando tenía tu edad pensaba que me tomaría mucho tiempo antes de llegar a los 55 años que tengo, pero ese tiempo se fue muy rápido.
“No hay que confiarse de quienes dicen que la filosofía es difícil o aburrida, sino encontrar la forma de que sea emocionante y fácil, y que se comprenda que ya no tiene que ver nada más con el lugar del hombre en el universo, sino con su lugar en el planeta”, señala.
“Ahora tenemos una pregunta más que agregar a esa lista corta de cuestionamientos que se vienen haciendo los filósofos desde la antigüedad: cómo podemos evolucionar como sociedad de manera sostenible, si no preservamos las condiciones de vida del planeta, porque la forma en la que vivimos no es sostenible. Hay una expresión nueva que es la ecosofía –la filosofía de la ecología–, ese podría ser un nuevo tema de conversación con aquellos filósofos clásicos”.
Gaarder insistió en que el mundo sería diferente con más preguntas que respuestas, aunque es cierto que las personas “pueden ir a prisión sólo por hacerse preguntas, no por dar respuestas. En mi caso creo que nunca tendré la respuesta a todas mis preguntas.
“Mi única creencia es que la conciencia no es una cósmica, creo que la conciencia, la vida, son aspectos esenciales de lo que es este universo, y lo que más me fascina del universo es la conciencia humana.”
En este momento Jostein Gaarder escribe una nueva novela y se ocupa, sobre todo, de leer acerca de temas relacionados con las ciencias naturales, “pero son libros popularizados porque no soy científico”.
En verdad, finaliza, “me gusta mi vida, lo que más me gusta es estar en el campo. Vivo en una ciudad, Oslo, donde en cinco o 10 minutos dejas la urbanización y puedes caminar por horas sin encontrarte con nadie, ¡bueno, eso si no es sábado o domingo! Y esas caminatas son las que utilizo para pensar”.
Durante su pasada visita a México, el narrador habló con sus lectores (en el contexto de la FIL Guadalajara) acerca de su niñez y su visión del mundo. Los jóvenes, en su mayoría adolescentes, se enteraron de que Sofía es su alter ego, que para escribir sobre su mundo retomó todos los apuntes que usaba cuando era académico.
“Siempre he sido una persona muy romántica, muy apegado a la naturaleza, siempre he trabajo en las montañas y en los bosques, así que cuando era maestro también era un soñador, pero también durante muchos años fui un maestro y un escritor.”
Como filósofo, dijo, no estoy satisfecho porque un filósofo nunca lo está. “Pero sí agradezco que mediante la literatura haya podido llegar a muchas personas.”

domingo, 3 de junio de 2007

Norberto Bobbio - Sobre el fascismo

El fascismo "idealizado"

Una lúcida antología de escritos de Norberto Bobbio sobre el fascismo permite reflexionar sobre la paradójica situación del intelectual crítico frente al fenómeno que percibe aberrante. Al negarle entidad histórica, cultural e ideológica al fascismo, lo actualiza, impide "que se convierta en pasado", y lo potencia. ¿Suena conocido?

SEBASTIAN ABAD.
(www.clarin.com)

En un pasaje famoso de Más allá del bien y del mal, Nietzsche afirma que toda (gran) filosofía es una confesión de su autor, una suerte de mémoires no queridas ni sabidas por él. En toda empresa de conocimiento, dice el filósofo, parece manifestarse una pulsión más poderosa que aquella que busca la "verdad" a secas. En ocasiones, la potencia del acontecimiento opaca el indigente concepto que intentó atraparla, pero no borra por ello el gesto, la vocación del pensamiento que intenta poner nombres. En ese gesto y esa vocación cabe buscar la confesión, la narración de sí, la intervención e incluso la militancia. Difícilmente recuerde el siglo pasado un acontecimiento más potente y desgarrador para Europa que las guerras mundiales, el surgimiento de los totalitarismos, las matanzas sistemáticas y la destrucción devoradora de la idea que los europeos tenían de sí. Al nombrar el fenómeno del nacionalsocialismo, Adorno y Horkheimer tuvieron que torcer la dialéctica para hallar pensamiento ilustrado en Ulises, el héroe homérico cuyos múltiples ardides le permiten diseñar un modo de gozar a partir de la represión de sí. Si Ulises es ya un burgués porque administra su placer y su sufrimiento bajo la forma de la dominación de los otros y de su propio cuerpo, entonces no es impensable que la Ilustración trascienda su encajonamiento historiográfico en la etapa posterior al absolutismo. En cuanto la razón occidental lleva en su origen la inmanencia de una fuerza destructiva y desoladora, no es impensable que esa furia se desfogue en algún momento de manera salvaje. Tan intolerable resultó ese espectáculo, que Adorno pudo descreer incluso del sentido de poetizar luego de Auschwitz. Si la mémoire del filósofo alemán es la de un testigo filosófico de la catástrofe de la alta cultura europea, Bobbio nos ofrece obsesiones menos pretenciosas. En parte porque el fenómeno por el cual se afana acaso sea menos pretencioso que el nacionalsocialismo, en parte porque su famosa escrupulosidad y espíritu analítico contrastan con el virtuosismo especulativo del filósofo alemán.Para regresar del oscuro lugar en que Adorno y Horkheimer identifican razón instrumental y mito, Bobbio rehabilita el concepto de racionalidad por medio de un ejercicio de pensamiento y ensayística políticos. Fuente esencial de inspiración es el libro de Lukacs, La destrucción de la razón (1954). En los artículos de Bobbio recopilados por Luis Rossi aparece no sólo el leitmotiv de la "destrucción" de la racionalidad occidental, sino uno de los argumentos capitales del libro: el carácter fundante e inspirador de Nietzsche para el irracionalismo agresivo e imperial. Es cierto, como señala Rossi en su logrado estudio introductorio, que se trata de un Nietzsche que drena fascismo en los odres de la derecha francesa y sus publicistas; sin embargo, Bobbio no puede dejar de retornar a las fuentes, a pasajes violentos y polémicos de La gaya ciencia, la Genealogía de la moral, los escritos póstumos de fines de la década de 1880, entre otros. A pesar de la buena conciencia del análisis politológico e histórico, Bobbio no deja de enfrentarse una y otra vez al "antirracionalismo" como forma mentis: por ello disecciona la violencia en el cuerpo (del fascismo), la obediencia (al líder) como valor, la fe (en la victoria) como ceguera. Retoma, en síntesis, viejas metáforas acuñadas por la Ilustración contra el monarca absoluto, que dicen mucho menos en la época de masas que en los estertores del barroco político.En cuanto los ensayos de Bobbio niegan toda entidad "seria" a la cultura e ideología del movimiento de las camisas negras, producen el efecto paradójico de reconocer cierta actualidad al fenómeno del fascismo, de impedir que se constituya en pasado. Los textos del italiano identifican al gobierno del Duce —en las diversas épocas en que fueron escritos— con un período en que nada importante sucede en la cultura, nada trascendente se crea en el plano ideológico, al tiempo que el legado de la tradición italiana es expropiado y usado como refrito. En este sentido, las dos décadas fascistas no sólo carecen de toda productividad histórica, sino que parecen estar completamente desconectadas de sus condiciones y de sus efectos. Seguramente conviene interpretar esta desconexión no sólo como análisis de los elementos del fascismo, sino también como el efecto de un intento de aislamiento y de sitio, como resultado de una lectura militante. Sin embargo, un posicionamiento de esta clase, toda vez que extrae al fenómeno de sus condiciones y efectos, logra —lo quiera o no— un resultado idealizante, una extraña potenciación de su objeto. Si hay un punto en que Bobbio y Croce reconocen al fascismo es justamente cuando pretenden despreciarlo, repudiarlo y arrebatarle toda entidad histórica. Según una definición de Schopenhauer, el punto de vista del sujeto puro del conocimiento es aquel en el cual se suprime "el dónde, el cuándo, el por qué y el para qué" de su objeto, cuando sólo resta el "qué": es entonces cuando súbitamente se alcanza la idea eterna de la cosa. En su escritura militante, Bobbio convierte en ocasiones al fascismo en una idea paradójica: el ejemplo puro de lo que no debe ser, pero también de lo que no es.Por un lado, el fascismo no debe ser porque altera los logros de la libertad moderna: la igualdad política, la democracia y su componente liberal —la forma de la representación parlamentaria— y la institución del voto secreto. Al mismo tiempo, bajo su máscara popular, constituye en verdad una "reacción" frente al avance de las fuerzas de la izquierda moderada y acumula resentimiento contra la "cultura universal". Por otro lado, el fascismo no es. No es en un sentido cultural e ideológico. En primer lugar, nada aporta al tesoro universal de creaciones que trascienden su tiempo: no ha gestado grandes libros de filosofía o de literatura, sino a lo sumo obras cuyos autores se convirtieron al fascismo por cuestiones menores. En segundo lugar, el fascismo nunca pudo o nunca quiso (Bobbio sostiene, a lo largo del tiempo, ambas posiciones) construir una ideología coherente, una cosmovisión articulada que pudiera sobrevivir la toma del poder. Todo enunciado ideológico atribuible a este movimiento es en rigor la negación de contenidos doctrinarios o políticos provenientes de otras tradiciones. Una agrupación de esta clase, infértil culturalmente y afásica ideológicamente, sólo puede engendrar cuadros políticos orgánicos (obedientes), pero no intelectuales (libres).Que Bobbio dedique un ensayo a Gentile en tanto "intelectual" del fascismo revela la ambivalencia frente a una figura admirable pero reprobable por su compromiso político. Y esta ambivalencia acaso indique la confesión del intelectual: que un grupo político en ejercicio del poder estatal no haya producido (alta) cultura ni una ideología articulada sólo puede obedecer a la barbarie de su pensamiento. Sin pensamiento no hay cultura, sin intelectuales no hay ideología. A diferencia del joven Platón, que reclama el gobierno de los filósofos, Bobbio sostiene una pretensión módica. Los intelectuales no gobiernan ni deben gobernar, sino pensar; pero sin intelectuales no hay política seria. Para este punto de vista, engendros como el fascismo son el toque de diana.

Bolivar Echeverria - Vuelta de Siglo

Caracas, 1 jun (PL) El escritor venezolano Freddy Castillo afirmó hoy que el libro Vuelta de siglo, del filósofo mexicano Bolívar Echeverría, es una muestra de que el gran ensayo mexicano sigue produciendo ideas.
La obra de Echeverría mereció este viernes el Premio Libertador al Pensamiento Crítico, tras emitirse el fallo a la segunda edición del galardón, dotado con 150 mil dólares.
Está escrito con el temple del ensayista capaz de comunicar, es la prosa sencilla del gran ensayista, atestiguó Castillo, quien se desempeña como rector de la Universidad de Yaracuy.
Vuelta de siglo, una lectura crítica del capitalismo, ya forma parte en México de lo que el humanista Alfonso Reyes (1889-1959) llamó el género centauro, apuntó.
El libro premiado resulta un diagnóstico del estado de salud de la cultura contemporánea, precisó el filósofo cubano Raúl Fornet, otros de los intelectuales encargados de emitir el fallo.
Echeverría, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, analiza en ese texto cuales son las enfermedades que amenazan a la cultura contemporánea y señala en primer término a la modernidad, señaló Fornet.
Entre las terapias recomendadas por el autor de la obra premiada figura la re-humanización de la cultura y lograr la vinculación cultura-política.
También indica como salir del futuro de muerte que presupone el neoliberalismo y recomienda buscar nuevas formas de organización política de los pueblos, reseñó Fornet.
El ensayista alemán Franz Hinkelammert (residente en Costa Rica), ganador de la primera edición del Premio Libertador, apuntó que el texto de Echeverría cuenta con el valor del ensayo, capaz de llegar a más personas que el libro académico.
Hinkelammert también señaló la cuota de fantasía que puede encontrarse en las páginas de Vuelta de siglo.

miércoles, 9 de mayo de 2007

Los estadounidenses no desean recordar Vietnam

A pesar de que acostumbro colocar únicamente textos en español en este Blog, creo que es importante incluir este. Lo tomé del siguiente Blog. http://thehobophilosopher.blogspot.com/
David Alvarez Martin


The Vietnam -America Does Not Want to Remember

By Richard E. Noble

There is no shortage of books written about Vietnam. Unfortunately, most folks haven’t read any of them. I’ve gone to my library and picked out one book. It contains only two chapters on Vietnam but it deals with the appropriate issues and reflects on our present day political and social debate. It is entitled, “The First Casualty”. The title is taken from a quote by a Senator Hiram Johnson in 1917 - “The first casualty when war comes - is truth.” This book is written by Phillip Knightley.My reason for doing this is our current historical understanding of this issue and our present situation. I wanted to refresh my memory on why such a great and patriotic nation as the United States of America had ever decided to abandon South Vietnam, in its time of need. Young people today also seem to be having a problem understanding it. I do remember that at one point in that fifteen year war, a wide majority (70%-80%) of Americans wanted the war stopped and an immediate withdrawal. Why? What follows is just a part of the answer to that question.The majority of what is to follow will be quoted directly from Mister Knightley’s book:Our involvement began with a man named Ngo Dinh Diem.“Battered and shunted about by the war,” wrote Leo Cherne in Look magazine on January 25, 1955, the South Vietnamese “are too weary to resist the Reds without usDiem, later to be recognized as one of the most corrupt leaders in Asia, was hailed by Newsweek as one of Asia ablest leaders and by Time as doughty little Diem . . . this deception on the American public was necessary, that the Communists had to be stopped, that the United States had put all its chips on Diem, and to appeal to the correspondents’ patriotism not to damage the national interest.While American newspapers were describing “Operation Sunrise” as a trial resettlement programme, Bruce Rothwell of the Daily Mail wrote that whole villages were being burnt down and thousands of peasants forcibly resettled in camps, which had a minimum of barbed wire, to avoid a concentration camp atmosphere. . . In The Times of London, John White explained one reason why the American army was not averse to further involvement in Vietnam: South Vietnam is the only part of the world where the Pentagon’s training manuals can be put to the test under conditions of real warfare. In this tropical Salisbury Plain [British army training area] new techniques are being developed of counter- insurgency.“American correspondents wrote stories like these at their own risk. Francois Sully wrote and article for Newsweek on August 22, 1962, headed; Vietnam: The Unpleasant Truth. It said that the war was a losing proposition. . . Sully had to leave Vietnam.It became a war like no other, a war with no front line, no easily identifiable enemy, no simply explained cause, no clearly designated villain on whom to focus the nations hate, no menace to the homeland, no need for general sacrifice, and, therefore, no nation-wide fervor of patriotism . . . the whole awesome range of American military technology - short only of nuclear strike or the sowing of the biological plague - was steadily brought to bear on an Asian peasant nation.the unimaginable scale of corruption in Vietnam. As Murray Sayle in 1967 - the correspondent for the Sunday Times of London - wrote: Saigon is a vast brothel; between the Americans who are trying more or less sincerely to promote a copy of their society on Vietnamese soil, and the mass of the population who are to be reconstructed, stand the fat cats of Saigon. . . the full story of the pilfering, theft, hijacking, bribery, smuggling, extortion, and black-market dealings finally emerged - mainly through the United States Senate hearings in Washington.“John Hughes . . . the Christian Science Monitor - the facts were staggering. In one South Vietnam black market, at Qui Nhon, thousands of cases of army C rations, liquor, clothing, television sets, washing machines and weapons and ammunition worth an unbelievable $11 million changed hands each month. Vietnamese dealers offered to supply anything from a heavy-duty truck or an armored personnel carrier to a helicopter. One American sub-contractor lost through pilfering, over a one year period, $118 million worth of goods. In 1967, half a million tons of imported American rice simply disappeared. Black-market currency was estimated to run to some $360 million a year. The Central Intelligence Agency allowed Laotian generals to use its private airline, Air America, to smuggle opium. The United States Army’s own police force, the Criminal Investigation Division, accused its senior officer, Major-General Carl C. Turner, of refusing to permit it to investigate the dealings of a network of sergeants who personally profited from their operation of clubs for servicemen at army bases. And finally, in the three fiscal years 1968-70, $1.7 billion authorized for the Saigon government pacification programme was, according to the General Accounting Office, lost without trace.“All governments realize that to wage war successfully their troops must learn to dehumanize the enemy. The simplest way to do this is to inflame nationalistic or racist feelings . . . In Vietnam racism became a patriotic virtue. All Vietnamese became dinks, slopes, slants, or gooks and the only good one was a dead one.“Philip Jones Griffiths a British free-lance photographer went out with a platoon from the First Cavalry;“The Americans mutilated bodies. One colonel wanted the hearts cut out of dead Vietcong to feed to his dog. Heads were cut off, arranged in rows, and a lighted cigarette pushed into each mouth. Ears were strung together like beads. Parts of Vietnamese bodies were kept as trophies; skulls were a favorite, and the then Colonel George Patton III - I like to see the arms and legs fly - carried one about at his farewell party. The Americans photographed dead Vietnamese as if they were game trophies - a smiling marine with his foot on the chest of the nearest corpse, or holding a severed ear or two - or in the case of a dead Vietcong girl without her pyjama pants and with her legs raised stiffly in the air.“It was the racist nature of the fighting, the treating of the Vietnamese like animals that led inevitably to My Lai.What happened at My Lai is now well known. C Company, First Battalion, Twentieth Infantry, Eleventh Brigade, Americal Division entered the village of My Lai on March 16, 1968 and killed between 90 and 130 men, women and children. Acting, the men said later, under orders from the platoon commander, Lieutenant William L. Calley, Jr., they gathered the villagers into groups and wasted them with automatic weapon fire. Anyone who survived was then picked off. (Griffiths) ‘A really tiny kid - he had only a shirt on - nothing else. . . came over to the people and held the hand of one of the dead. One of the GIs behind me dropped into a kneeling position thirty meters from this kid and killed him with a single shot.’“Lieutenant Calley was charged with the murder of 109 Oriental human beings . . . This fact was made public in a small item, of fewer than a hundred words. . . The story appeared to die.A free-lance reporter named Seymour Hersh got the story publicity. Ronald L. Haeberle, who had been with Calley and C Company, had photographs . . . One showed a boy about seven lying on a pathway with protective arms around a smaller boy, who had been shot but was still alive. Then, according to Haeberle, the GIs had moved in and shot both of them dead.”The story gained attention . . . “Suddenly, nearly every war correspondent who had been to Vietnam had an atrocity story to tell ... My Lai . . . was an unusually pure example of the nature of the war in Vietnam and departed little - if at all - from common American practice. There were events equally horrifying before My Lai and massacres on a larger scale occurred afterwards.“My Lai removed inhibitions on talking about the nature of the Vietnam War. Ex-soldiers appeared on television to confess to having shot children. In hearings conducted by the National Committee for a Citizens Commission of Inquiry on United States War Crimes in Vietnam, told of rape, the machine-gunning of women and children in fields, torture and murder. Lieutenant-Colonel Anthony Herbert, the most decorated soldier of the Korean War, a battalion commander of the elite 173rd Airborne Brigade, claimed he had reported seeing a United States lieutenant allow a South Vietnamese soldier to slit a woman’s throat while her child clung screaming to her leg. Colonel Herbert alleged that when he made his report, his superiors told him to mind his own business.“The writer Norman Poirier used the files of the judge-advocate-general of the navy, in Washington, to compile a story of how a squad of nine Marines gang-raped a young Vietnamese mother at Xuan Ngoc on the night of Sept 23, 1966 and gunned down her entire family - herself, her husband, her two children, and her sister. When the marines returned in the morning to make the carnage look like an engagement with the Vietcong, they found that one of the children, a five year old girl, was still alive, and so one of the marines stood over the child, ‘and with his M14 rifle bashed its brains in.’ They were exposed by the recovery of the mother, who had been left for dead, were arrested and tried, and six of them were convicted. Poirier’s account of the incident appeared in Esquire in August 1969 - three months before the story of My Lai broke.“Daniel Lang, in his book Casualties of War which was based on court files, tells of a patrol of five United States soldiers, operating in the Central Highlands, who abducted a young Vietnamese girl. Four of them raped her, and then ripped her belly open and blew her head off. The fifth soldier reported the incident, and proceedings were initiated against the others, who, after some reluctance on the part of the army, were brought to trial, then retired, and sentenced to rather light terms of imprisonment.”Newsweek reviewed Lang’s book. “The brutal killing of a Vietnamese civilian . . . should not in itself surprise us . . . after all, no one seriously informed about the war in Vietnam believes that U.S. body counts have not included a number of civilians all along.”Phillip Jones Griffths ²- “If I had gone back to Saigon and into one of the agencies and had said, ‘I’ve got a story about Americans Killing Vietnamese civilians’ they would have said, ‘So what’s new?’ It was horrible, but certainly not exceptional, and it just wasn’t news.’“So the My Lai massacre was revealed because it was written, not by a war correspondent on the spot (who were all de-sensitized to atrocity), but by a reporter back in the United States who was capable of being shocked by it.“A Gallup poll in mid-1967 revealed that half of all Americans had no idea what the war in Vietnam was all about.”Officers’ attitudes - “My Marines are winning this war and you people are losing it for us in your papers.”“Edward Jay Epstein’s survey and his book News from Nowhere. An opinion commonly expressed was that people saw exactly what they wanted to in the news reports and that television only served to reinforce existing views.”“… from 1969 on. . . Nixon policy. . . withdraw troops - pass ground war over to the Vietnamese. . . remaining GIs fight as little as possible and switch the weight of the American attack to the air.“The military authorities did not want reported the sad state of the United States Army, and they wanted to encourage public apathy about the war by keeping as secret as possible the escalation of the bombing. They were not successful on the first count. The year 1971 saw a series of stories revealing the massive heroin problem among the United States troops (about one in ten was addicted), the fraging, or blowing up by grenades, of unpopular officers (forty-five killed, 318 wounded in 1971), the staggering desertion rate, the number of combat refusals, and the growing tendency to regard an order simply as a basis of discussion. The Washington Post - Army in Anguish.GIs (in Vietnam) were photographed carrying peace symbols, a picture appeared in Newsweek of a helicopter with a sign on the side saying, My God! How’d we get into this mess, and CBS ran a film of GIs smoking pot from a gun barrel.“… the intensified bombings of North Vietnam, Laos, and Cambodia - Newsweek: The most systematic military cover-up in the history of America’s role in the Indo-Chinese War. - the United States over a period of fourteen months in 1969-70, had conducted a clandestine bombing campaign against Cambodia, whose neutrality Washington then professed to respect . . . During the whole of the Second World War, less than 80,000 tons of bombs fell on Britian. In Indo-China, the United States dropped more than four million tons - fifty times as much. Or, put another way, the United States used explosives cumulatively equal to hundreds of the nuclear weapons used at Hiroshima. -So that’s what one book says. I have others, written by veterans, historians, journalists etc. - they all have similar stories to tell.Some people today discount all the atrocities as the inevitability of war. That is hard to accept when it was the United States who orchestrated the Nuremberg Trials where thousands of German officers and soldiers were stood up against walls all over Germany and executed for Crimes Against Humanity. We made up the language - Crimes Against Humanity.At Nuremberg we also agreed, for the first time in four thousand years of Civilization, that wars of aggression were illegal and that the aggressor is the one who strikes first, with intent and premeditation. If you think that atrocities committed by your own are acceptable or that you have the right to attack another nation because that nation freightens you - then you are not a Republican or a Democrat - you are a Fascist or a Nazi and you certainly do not understand what this country, and freedom, and equality, and courage are all about.If you think that sending last year’s paperboy or Girl Scout over to some place with a target on their back so that you can safely attend the PTA or ride the subway or visit with grandma, is security then you’ve got security mixed up with cowardice. If a million or ten million of us must die, then let’s do it; but please, let’s not throw our babies at them. Let’s remember those New York firefighters and those citizens on those airplanes. Please don’t ask me, an American citizen, to act like a coward, so that our government can promote bomb and bullet factories abroad. That reasoning, even coming from a General, is a little too much for me to take. I may be old, weak and useless, but please give me the right to die with a little dignity.Some claim that these books, like the one that I have been quoting from, are all lies. They may be. History may be all bunk, as Henry Ford once claimed; but there are records; there are testimonies; there are pictures, films and photographs; there are eye witness reports; in many cases there are the confessions of the perpetrators of these atrocities. If we put any credibility to any history - the history of the U.S. in Vietnam is there, and it is not pretty.In Japan today there are people who are still denying that the Rape of Nan King, or the Bataan Death March ever happened. In Germany, many Germans deny that there was ever any such thing as the Holocaust. There are a good many Russians who still think that Uncle Joe Stalin was really a pretty nice guy. The Roman Catholic Church just recently apologized for the Inquisition.The United States of America would like to forget what happened in Vietnam. It would like to forget about what happened in the Philippines during the Spanish American War - the executions, the slaughter and the mass graves. It would like to forget Slavery and the attempted Native Indian extermination.When we honor our veterans we don’t honor everything that each and every veteran has ever done during a time of war. Some act honorably and with courage; others do not. Those that do not are often imprisoned, disgraced, or - if they are on the side who lost the war - executed. But we try to honor all those who go to any war, nevertheless, because we know that they went there because we asked them to go. Whatever happened to them while they were over there, psychologically or physically, is partially - some may even say entirely - our fault.In the case of Vietnam, millions did not even receive the dignity of being asked; they were forced to go; they were ordered - if they refused they went to prison. Even under these arbitrary circumstances, they were expected to act honorably - because they were Americans.For a time, those young men who went to Vietnam or who were forced to go, (8 million volunteered; over 2 million were drafted) were considered by many, around the world and at home, to be a disgrace to their nation and, possibly, the human race. They came home; they were spat upon and often they hung their heads in shame. During the war many soldiers who were serving on bases at home, carried their uniforms to work in brown paper bags or in the trunks of their cars. There were more American flags being burnt in the streets here and around the world than there were waving proudly anywhere. They can say what they want today, but soldiers and civilians alike were ashamed.Today the pendulum has swung the other way and now anyone who has gone to any war is automatically considered a hero. We have almost come around, once again, to the belief that war, itself, is heroic - as we did in the days of Andrew Jackson and Teddy Roosevelt. The truth is, as always, somewhere in-between.George Bush was certainly not a Vietnam hero - no matter how you look at the war. He admits that. But he was not alone. There were 16 million other young men who took one type of “evasive” action or another, just as George did. Over two million were forced to go via the draft and over 200 thousand refused military service altogether and took their chances of going to prison.Whatever you think of John Kerry - politically; he is an American hero. He was from a wealthy family. He could have done as George Bush and 16 million other Americans, but he volunteered for service in Vietnam. He was wounded and received medals for his courage. Today there are some who are saying that he didn’t bleed enough blood or that the blood that he shed was only red - and not red, white and blue.When John Kerry got back from the war, he signed up to fight in another war - the domestic war that was going on here at home. He acted with equal courage here on the home front. He stood up for conscience, national pride and honor. He stood up against a war that had gone sour. Whatever you think of the war in Vietnam, no amount of rationalization or revisionist writing will turn it into anything but an ugly and gruesome scar on the history of the American people and nation. Our government failed us; our leaders in Washington and the Pentagon faltered; our soldiers did what they were told to do. They followed the policy and obeyed their commanders. What happen on the ground in Vietnam is what has happened in all wars. This is all the more reason that we should all, always, be wary of any war.Believe it or not, in the opinion of the world, it is the character of the American people in standing up against their government to end a war that was considered immoral and unjust that is probably most impressive. I don’t know of any other people, throughout all of history, who can brag that it was through the bold and courageous actions of their citizenry that a war was finally stopped. No nation “beat” America. We did not surrender to an overpowering enemy. We had enough power to wipe the whole of Vietnam, North and South, from the face of the earth. But, the American people, through their collective moral conscience, stood boldly against their own leaders and defeated what most of the world considered, at best, a misguided tragedy. The world may not respect our leaders or our government, at any particular time, but they respect us - the people of the United States of America. They appeal to us, the people of the United States, for moral conscience. And we have always led the way - sometimes kicking, screaming and biting - but nevertheless, there have always been those among us who were willing, no matter what the personal cost, to stand up against abusive power - whether that abusive power was foreign or domestic.John Kerry should receive a medal for serving in the war at home also. In many ways that war took even more courage than the one in Vietnam. In the war at home, he risked his dignity, his respect, and possibly his future - his political future also. He could have just stood on the sideline as did George W. Bush and 16 million other young American men, but he chose, once again, to throw himself into the fray. You can argue all you want about his politics, but you certainly cannot deny that he is a man of principle and courage. That is one thing that is very clear.To those veterans who are playing politics with one of their own; put your old uniforms back into those paper bags or the trunks of your cars, and hang your heads in shame once again - you’ve come around full circle.My last employer was a Vietnam veteran. He was a college Professor and officer in the Navy. He was given - shortly before he died - a 100% disability because of his exposure to Agent Orange. He died from a number of things which were not genetically connected to his family history - for whatever that is worth. He wasn’t over in Vietnam shooting - he was doing research. His research project at the time was a study (sponsored I presume by the U.S. Military) of the social prejudices of the American soldiers towards the indigenous native Vietnamese population. When I suggested to him that such a project seemed rather ridiculous to me - he looked at me and smiled. I was left with the clear impression that he thought my remark to be grossly naive.He was fiercely patriotic and always in support of the American Military whatever the mission but at the same time he was a journalist and somewhat of a radical. It was rather strange working for him from my point of view. I never really knew what he would consider acceptable to print and what was not acceptable. Finally I decided just to write it the way I saw it and let him reject or approve it as he saw fit.I was constantly amazed that he could be such a “patriot” and military veteran and at the same time a “journalist”. Was it not the “journalists” who had lost the war in Vietnam?One day as I was driving him to the “big city” to get one of his three weekly kidney dialysis treatments, I brought up this apparent contradiction. I wondered how he could be such an avid and dedicated journalist and a patriot from - of all wars - Vietnam. Certainly he must believe as all Vietnam veterans seemed to believe that it was the journalists and the “press”, domestic and foreign, that lost the Vietnam War for America and its brave soldiers.“The press didn’t lose the Vietnam War,” he said.“Really?” I said with considerable amazement and almost total disbelief “Are you trying to tell me that it was not the press who turned the minds and hearts of the American public against that war?”“The press did exactly what it was supposed to do - it reported what was happening.”“Then, what in your opinion turned the American people against that war?”“It was the soldiers themselves. When the soldiers returned year, after year, after year and their numbers increased by the tens and hundreds of thousands and they told their friends and families what was happening over there; what they had seen and in some cases what they had done, the American people became appalled and turned against the whole business. It was word of mouth - one human being to another. The press was mostly after the fact and, as always, a day late and a dollar short. It wasn’t the press.”I still don’t know if I believe that explanation myself - but that is what “the boss” told me.I had another friend who had been a marine and went to three tours of duty in Vietnam. We were having a discussion about war in general and not discussing Vietnam. I purposely never brought up the subject. But in the middle of our conversation he said, “Listen, in my heart I have to believe that the war in Vietnam was justified. If I let myself believe that it wasn’t, then how in the hell am I going to be able to live with what I saw and did over there? I have no choice.” He was that type of ex-soldier and veteran who was very much opposed to new American involvements in foreign countries. Today, whenever I hear a veteran defend any war, I see my buddy and I hear those words. What choice do they have?In any case and in conclusion we have learned from the Vietnam experience not to blame the soldiers - that is good. But it doesn’t seem that we have learned much else.Of the soldier it is said; “Theirs is not to reason why; there’s is but to do or die.”It seems to me that the journalist, writers and historians, have exactly the opposite mandate; “Theirs is to live on and forever cry - why god . . why, why, why?” And just like the soldier maybe we should consider that those who are the record keepers and the modern day scribes of the events of our times are also not to be blamed - they are just doing their job and just like the soldier - often a rather dirty and thankless job at that.(3)1 This paragraph is paraphrased, but from the book cited.2 Jones Griffiths: Vietnam war photographer, published abook of photographs entitled - Vietnam Inc.3 First Casualty” Phillip Knightley, Harcourt BraceJovanovich, New York and London 1975.

viernes, 6 de abril de 2007

Camilo José Cela Conde

Vigilando


CAMILO JOSÉ CELA CONDE


El Óscar a la mejor película extranjera -extranjera para los Estados Unidos, por supuesto- se lo han dado este año a un relato acerca de la vigilancia institucional, del voyeurismo de Estado, esa actividad siniestra en plan Gran Hermano que comenzó siendo reflejada de forma dramática por Orwell y terminó convirtiéndose en una bobadita más de las televisiones. En la película del Óscar se refleja muy bien cómo el husmeo en las vidas ajenas pone de manifiesto mucho más las obsesiones del vigilante que las andanzas del vigilado. Pero lo que en La vida de los otros aparece como remoto, propio ya de un tiempo que apenas reconocemos, resulta convertirse en actualidad de lo más postmoderna aquí, en el reino de España. Las investigaciones judiciales sobre los miembros de ETA que acaban de ser detenidos ponen de manifiesto que los chicos del comando Donosti tenían bajo vigilancia al filósofo Fernando Savater.
Vigilar a un filósofo debe ser una de las actividades más aburridas que existen, más que nada por lo soso del desarrollo de la labor intelectual. ¿Qué dirían los informes? «El vigilado Sócrates -los espías usan siempre seudónimos acerca de sus víctimas, no vaya a ser que el nombre real confunda al superior jerárquico- se pasó la tarde reflexionando acerca de unas ideas que trasladaba de vez en cuando al papel». Varias sesiones de vigilancia así y hay que acudir al prozac para animarse. Pero si un poder fáctico cualquiera, terrorista o no, vigila a alguien es porque el Sócrates de turno puede ser peligroso para los intereses del poder si se le deja pensar a solas, sin control alguno. Así que cabe suponer que quienes decidieron llevar a cabo la vigilancia confiarían en que esa actividad de husmeo, por sí sola, iba a ser capaz de conjurar la amenaza, en parte al menos.
Un filósofo no vigilado da con ideas mucho más subversivas -o edificantes, según sea el resultado que más temen los espías- que otro al que el Gran Hermano mira y mira sin descanso. Por el careto que lucían los -supuestos- terroristas vigilantes cuando fueron detenidos, hay que concluir que no parece que se les hayan pegado mucho las ideas de Fernando Savater cuyo nacimiento -el de las ideas- contemplaban con gran dedicación. Es lógico que así sea. Al comando desarticulado -espero que la expresión sea una metáfora- se le requisaron instrucciones y material para fabricar bombas pero yo no he leído en parte alguna que dispusiese de tratados de lógica deóntica o teoría del conocimiento. Debían, pues, vigilar al filósofo sin manual, cosa que pondría de los nervios a cualquier alumno poco aplicado que llegue a las aulas. ¿Cómo no caer en el desespero si la vigilancia era, encima, sin ánimo de lucro mental?
Ejercer en el País Vasco de filósofo con ideas contrarias a las terroristas, e incluso las nacionalistas, supone tropezar de continuo con imposiciones tremendas, de las que creíamos haber superado hace siglos gracias a la Ilustración. La vigilancia forma parte del paquete de asedio, por más que resulte nimia en comparación con otras cosas que les hacen a sus víctimas los comandos no desarticulados. Sin embargo, podría ser peor. Tremendo sería que el filósofo vigilado tuviera acceso a los informes acerca de sus actividades. Ni leer los exámenes de los alumnos puede desanimarte más.

Universidad permanente

A la Universidad, toda la vida

La edad media de los estudiantes ha ascendido en poco tiempo a los 26 años - Uno de cada 10 alumnos tiene hijos - Casi la mitad ha trabajado antes de la carrera

El perfil del universitario en España está cambiando y lo está haciendo muy rápido. La edad media de los alumnos es de 26 años. A esa edad, teóricamente, se tendría que haber terminado hace dos años una carrera de seis cursos. La explicación de este dato, resultado de en un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, no es que se tarde más en hacer la carrera, sino la llegada al campus de un mayor número de personas después de haberse incorporado al mercado laboral.
Cada vez más alumnos llegan o vuelven a la universidad después de una vida de trabajo para renovar sus conocimientos o para dar un giro a su carrera, o han preferido obtener antes un título de formación profesional para asegurarse un empleo mientras siguen estudiando. Estos otros perfiles de universitario siempre han existido, pero en los últimos años están ganando terreno frente a los que eligieron el camino tradicional, y aún mayoritario, que lleva de la enseñanza obligatoria al bachillerato, de allí a la universidad y, por fin, al mercado de trabajo. La tan buscada formación para toda la vida -es uno de los Objetivos de Lisboa, acuerdo que pretende hacer de la europea la economía más competitiva del mundo en 2010- empieza a asomar en los campus españoles.
El profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Santos M. Ruesga elaboró el año pasado este estudio, a través de encuestas a un millar de universitarios, y lo comparó con un trabajo similar que había hecho con datos de 2003, ambos subvencionados por el Ministerio de Educación.
En este tiempo, la edad media en primer curso ha aumentado en dos años (de 21 a 23) y, entre todo el alumnado, ha aumentado en tres años.
Muchos otros indicadores del estudio confirman el aumento de los perfiles menos convencionales. Un 11,7% del total de alumnos está casado y un 9,8% tiene hijos, porcentajes que doblan los de 2003.
Algo menos de la mitad de los universitarios (44%) ha trabajado antes de llegar a la carrera, cuatro puntos más que hace tres años.
Un 12% de los universitarios los son sin haber pasado por la Selectividad. Algunos de ellos hicieron el examen de acceso para mayores de 25 años, pero la mayoría se tituló previamente en formación profesional de grado superior. Cada título superior de FP da acceso a ciertas carreras de su rama de conocimiento. Con la reforma de la Ley Orgánica de Universidades, recién aprobada, estos alumnos podrán incluso convalidar en la carrera asignaturas que hayan cursado en la FP.
Casi la mitad, el 48%, de los alumnos compaginan los estudios con un empleo (en 2003 era el 40%). Y en muchos casos, cada vez más, no se trata de los clásicos empleos esporádicos o de media jornada: un tercio de los estudiantes no se matricula del curso entero, sino de parte de las asignaturas. Además, el tiempo medio que se dedica a actividades de estudio ha descendido de 49 horas semanales a 34, mientras que el dedicado al trabajo ha subido de 23 a 27.
Este estudio está dentro de un proyecto en el que participa la Comisión Europea llamado Eurostudent, en el que están involucrados 14 países del continente. La última comparación internacional de estos indicadores se hizo en 2005. Entonces, Reino Unido era el país con los universitarios mayores, con una edad media de 28 años. Los más jóvenes eran los italianos: 21. En cuanto a los estudiantes con experiencia laboral previa a su llegada a la universidad, representan el 64% de los alemanes y apenas el 16% de los austriacos.

miércoles, 4 de abril de 2007

Siguiendo con el argumento de Fidel Castro

COMBUSTIBLES

Etanol y gasolina

La producción de este etanol, precisaría de factorías con capacidad de lanzar al mercado 300 mil galones diarios durante 120 días al año. Una zafra cañera corta de 120 días permitiría aprovechar al máximo la intensidad de radiación solar en su punto más alto.
Ramón Alburquerque

La nación cuenta con 48,434 kilómetros cuadrados, equivalentes a 77 millones de tareas dominicanas, de éstas, sólo 31 millones son aptos para plantaciones o siembras de ciclos cortos. Los restantes 46 millones, es la parte que permanece como áreas forestales, parques nacionales, áreas mineras, poblaciones urbanas, vialidades, bosques sembradores de lluvias, zonas de extrema aridez, terrenos salinos, lagos, lagunas y pulmones ecológicos.
La producción agrícola del país dispone, pues, de 31 millones de tareas, o sea, un millón novecientos sesenta y dos mil veinticinco (1, 962,025) hectáreas.
Ahora bien, la realidad impuesta por la globalización, hace que los acuerdos y tratados internacionales, junto a la política alimentaría nacional, determinen las siembras agrícolas, ante todo, de aquellas con fines industriales.
¿Cómo encuadra el etanol y la caña de azúcar en la agricultura nacional?
El etanol tiene una historia tan larga como la caña. El etanol llegó primero en las botellas de vinos de los españoles. Luego, según los cronistas de indias, llegó la caña en el cuarto viaje de Colón. A la caña siguieron el trapiche y los alambiques de aguardiente.
¿Qué es el etanol?
Es el alcohol de la fermentación producida por organismos microscópicos, del tipo de las levaduras. En su alimentación constante, estos microorganismos consumidores de azúcar secretan alcohol y anhídrido carbónico. Se trata del alcohol etílico, presente en los vinos, whiskys, rones, vodkas, grapas, licores y cervezas. Es el alcohol consumido por los humanos.
El etanol se produce de almidones de tubérculos, como la yuca, la batata, la papa, la remolacha, y otros; de granos como maíz, centeno, alfalfa, millo, trigo, y otros tantos; de todo tipo de frutas, de celulosas de las maderas. En fin, el etanol se produce de todo tipo de biomasa, como bagazo, paja de arroz, ramas, troncos, aserrín, cáscaras, etc.
No obstante, el etanol se produce también de etileno derivado del petróleo, de carbón mineral y a partir del gas natural. Lógicamente, estas fuentes no presentan ventajas adicionales a las gasolinas, y demás combustibles de origen fósil.
Por acuerdos internacionales, los nombres de los alcoholes se forman agregando OL a sus raíces químicas, de ahí, metanol, etanol, propanol, butanol, etc.
Este trabajo trata de la producción de etanol de la caña de azúcar, siendo así, ¿cuánto etanol podría producir el país?
El período l973/l974 fue excelente, ya que en él se produjo la mayor cantidad de caña de azúcar en la historia nacional, efectivamente, trece (13) millones de toneladas de caña, con un rendimiento superior al millón doscientas mil (1, 200,000) toneladas de azúcar. Esta producción se logró en 5.5 millones de tareas de tierras, o sea, 344 mil hectáreas.
El techo agrícola cañero dominicano parece ser, pues, de 5.5 millones de tareas.
Este dato deberá servir de base al diseño de la política azucarera nacional, la cual tiene que garantizar el abastecimiento doméstico de azúcares, melaza y el cumplimiento de las cuotas en los mercados internacionales, éstos compromisos, obligan a producir un millón de toneladas de azúcares anuales, en 2.5 millones de tareas de tierras.
Una vez satisfecha la demanda anterior, la producción de caña de azúcar podrá destinarse a cualquier otro fin, por ejemplo, a la producción de alcohol, a cuyos propósitos se dispondrá de tres millones (3.0) millones de tareas, equivalentes a, 187 mil hectáreas.
En estos terrenos (3 millones de tareas) se producirían 150 millones de galones de etanol cada año, volumen importante, ya que el consumo anual de gasolina ronda los 350 millones de galones.
En función del contenido calorífico aprovechable, debe recordarse que un 1.25 galones de etanol iguala a un galón de gasolina.
¿Qué es alcohol hidratado y alcohol anhidro?
Alcohol hidratado
El alcohol es producido en bajas concentraciones en los procesos de fermentación ya indicados.
Se llama alcohol hidratado aquel que contiene cierto contenido de agua, aunque sea en bajísimas cantidades, sin embargo, obviamente éste tipo de alcohol no puede ser mezclado con la gasolina.
En el mercado existen motores que consumen exclusivamente alcohol hidratado sin necesidad de mezcla con otro tipo de combustible.
Una parte importante de la flota vehicular brasileña depende exclusivamente del alcohol hidratado, sin mezcla alguna.
Naturalmente, esta modalidad de alcohol es la más conveniente cuando se quiera eliminar la dependencia nacional del petróleo y sus derivados, aunque requerirá lógicamente de una estructura de producción, transporte y distribución del etanol a escala nacional.
Alcohol anhidro
Este alcohol prácticamente no contiene agua. Su pureza es superior a 98.5%. Su elaboración es mucho más costosa que la anterior.
Este es el tipo de etanol usado en mezclas con gasolina. Las mezclas se conocen como, E10, cuando tiene 10% alcohol y 90% gasolina. La E22 con un 22% de etanol y un 78% de gasolina.
Estos combustibles, integrados por gasolina y etanol, presentan ventajas enormes puesto que prácticamente no precisan de adaptaciones en los motores convencionales, elevan el octanaje y eliminan el uso de plomo, reduce la emisión de anhídrido carbónico, compuestos de azufre, y otros contaminantes.
¿Cuánto etanol se necesitaría para que toda la gasolina del país sea E10?
Para que toda la gasolina del país contenga un 10% de etanol, se requieren 44 millones de galones de alcohol anhidro.
La producción de este etanol, precisaría de factorías con capacidad de lanzar al mercado 300 mil galones diarios durante 120 días al año. Una zafra cañera corta de 120 días permitiría aprovechar al máximo la intensidad de radiación solar en su punto más alto.
La demanda de 44 millones de galones/año implica la producción de 2.5 millones de toneladas de caña en 900 mil tareas nacionales.
¿Cuánto etanol se necesitaría, para que toda la gasolina del país sea E22?
Se necesitarían 92 millones de galones de etanol, los que podrían elaborarse de 5.5 millones de toneladas de caña, en una extensión de dos millones de tareas nacionales.
¿Cuánto etanol se requiere para reemplazar los 350 millones de galones de gasolina, que se consumen hoy?
Si la política energética nacional dictare la sustitución de toda la gasolina por etanol, se generaría una demanda de 437 millones de galones de alcohol.
Este volumen de etanol exige 24 millones de toneladas de caña de azúcar, que serían cosechados en 10 millones de tareas de tierra.
La satisfacción de esta meta comprometería la tercera parte de toda la tierra netamente agrícola de la nación, que asciende a solo 31 millones de tareas. Tal producción de etanol no es posible.
¿Cuántos dólares ahorraría el país con las mezclas de gasolina, E10, y con la, E22 ?
Con la E10 se ahorrarían 70 millones de dólares; con la E22 el ahorro sería de 180 millones de dólares.
¿Es viable el etanol dados los precios de los azúcares en el país?
Actualmente no es rentable frente a los precios de los azúcares en el mercado interno de la República Dominicana.
Sin embargo, la viabilidad del etanol no depende de los precios internos de los azúcares, en razón de que estos obedecen a políticas de precios internas.
La viabilidad de la producción del etanol está determinada en función de los precios de los derivados del petróleo, de los precios internacionales del etanol y de la visión de futuro que deba diseñar el país frente a la situación de conflicto en que se debaten los mercados mundiales y regionales de la energía. Asimismo, todo depende de la valoración que otorgue el Estado a la contaminación ambiental con potencial de amenazas locales y planetarias.

¿Qué comen los pobres?

Comentario: Ahora que estamos en Semana Santa y que para muchos que somos creyentes incluimos diversas formas de ayuno y abstinencia al consumo de carne, me hago la pregunta sobre qué comen los pobres en la República Dominicana. La respuesta nos la da nuestra amiga Tahira Vargas.


ALIMENTACIÓN Y CLASES SOCIALES
¿Qué se come en los campos y en los barrios marginados?
En muchas familias sólo se come una sola comida al día y en otras dos comidas al día.
Tahira Vargas/Especial para Clave Digital

(A propósito de las estadísticas ofrecidas por el presidente Leonel Fernández sobre el consumo de alimento de la población).
Las cifras de desnutrición de un 27% en la población dominicana --que ofrece el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en su último informe-- pueden quedar cortas cuando observamos lo que come la gente cotidianamente, y cuando vemos la calidad de la alimentación de la población dominicana.
Este artículo es fruto de trabajos de campo recientes (noviembre-diciembre y enero) en campos de San Juan de la Maguana, Padre las Casas y Neyba. Las referencias a los barrios del estudio son también de investigaciones recientes en Gualey, Capotillo, Los Alcarrizos y Herrera.
En nuestro trabajo de campo nos insertamos en las comunidades a convivir con la gente en sus casas. En la convivencia registramos la alimentación diaria de las personas en los lugares seleccionados y, a grandes rasgos, podemos afirmar que la alimentación es altamente deficiente, carente de las verduras y otros vegetales, de carne, de leche, de queso y de otros alimentos ricos en proteínas.
Los hábitos alimenticios de nuestra gente están dominados por las pautas culturales que se mezclan con las escasas posibilidades económicas para adquirir ciertos alimentos. Esta realidad se suma al poco conocimiento existente sobre los requerimientos alimenticios diarios que debe tomar en cuenta una familia. La gente come lo que puede y cuando puede. Pudimos establecer que hay hogares donde se pasan hasta 3 y 4 días y no se “prende un fogón”.
Algunos detalles sobre los registros de los alimentos consumidos en dos semanas de trabajo de campo en las comunidades referidas, lo presentamos a continuación:

Desayuno: inexistente en raras ocasiones un yaniqueque con chocolate de agua o un café. Otras veces sólo víveres salcochados (guineos, yuca o yautía).

Almuerzo: la poca variedad de la comida es tangible. El almuerzo está totalmente ausente la carne. Ni siquiera la carne de pollo está al alcance de muchas familias, apenas en algunos casos “pico y pala” (pescuezo, molleja y pata).

La asignación de los alimentos de dos semanas es la siguiente:

Almuerzo: 1_ Guineos verdes o yuca salcochada con salami.
2_ Moro de guandules con huevos revueltos
3_ Arroz con guandules y salami
4._ Arroz con habichuelas y aguacate
5_ Arroz con guandules

Cena: La cena es casi inexistente también. En algunos casos víveres salcochados (guineos verdes, plátanos, yuca).

En muchas familias sólo se come una sola comida al día y en otras dos comidas al día.
Esta realidad de poca alimentación y poca variedad en las comidas es tangible en los hogares rurales y urbano-marginales.
Realmente la alimentación de los sectores más pobres de nuestra sociedad, barrios urbano-marginales y campos, es muy precaria.
Lamentamos mucho que el Presidente Fernández afirme que la gente está comiendo carne y huevos, porque en las zonas que hemos visitado la carne está totalmente ausente de la comida diaria porque es muy cara y no siempre está disponible en oferta.
La carne de pollo es la más accesible y se come en algunas comunidades 1 ó 2 veces a la semana o se adquiere el “pico y pala”, en otras comunidades no se ingiere.
Se necesita una mayor claridad en quienes toman las decisiones de políticas sociales sobre lo que realmente está ocurriendo en los hogares pobres de nuestro país, para ello hay que convivir con la gente y observar la cotidianidad de nuestro pueblo.
No es suficiente el manejo de los indicadores macro de la sociedad dominicana, se debe abordar la realidad desde lo micro y con una visión más etnográfica de la misma.
Es urgente un impacto en el mejoramiento de la calidad de vida y de la alimentación de nuestra gente. La desnutrición y hambre son el pan nuestro de cada día, y el pan no se come en los hogares de nuestros campos y en muchos barrios de nuestro país.

domingo, 1 de abril de 2007

John Holloway

Adios al Estado
Entrevista con John Holloway

Jaime Leroux y Octavio Moreno
Revista La Guillotina, México.

La invitación que John Holloway hace en su nuevo libro - pensar en el significado de la revolución en nuestros días - ha generado una fuerte reacción no exenta de epítetos en su contra: "escocés", "irlandés devenido chiapaneco", "liberal de izquierda", "la espada del revisionismo", "teórico de las corrientes que se proponen aniquilar el pensamiento revolucionario desde dentro”. La "izquierda estadocentrista", como llama nuestro autor al conjunto de las organizaciones políticas y sociales de la izquierda que buscan la transformación social mediante la ocupación de las instituciones del Estado, ha preferido las descalificaciones que retomar la pregunta que este filósofo nacido en Irlanda ha lanzado a los movimientos sociales y las organizaciones políticas que quieren cambiar el mundo: ¿cómo hacer realidad la idea de revolución, concepto central para la crítica marxista y socialista del capitalismo, sin pensar en la toma del poder estatal?.
El que Holloway invite a decir adiós al Estado como medio para pensar a la revolución es una propuesta arriesgada, porque es algo que se contrapone directamente con los principios y objetivos con los que han funcionado las organizaciones políticas y sociales de izquierda hasta ahora, tanto revolucionarias como reformistas. La idea de la política como ámbito estatal se encuentra tan arraigada en nuestro pensamiento y en nuestra práctica que comúnmente pensamos en el Estado como algo separado del capitalismo. Y no, para Holloway decir adiós al capitalismo implica decir adiós al Estado. Pero lo que más molestó a esa vieja izquierda que jamás puso en cuestión su marxismo, es que Holloway no da respuestas a su pregunta, la deja abierta. "En lugar de pretender que tenemos respuestas, responde Holloway, es mejor discutir y estar abiertos al pensamiento. La cuestión no es cómo dar una respuesta sino cómo desarrollar la pregunta, una cuestión teórica y práctica. Todo el tiempo surgen de las luchas nuevas formas de entender esa pregunta".
No obstante las descalificaciones recibidas, el debate ha suscitado respuestas más comprometidas con la cuestión formulada. En esta entrevista Holloway responde a varias de esas críticas y objeciones que, desde el campo de la historia y la política, se han hecho a las ideas presentes en su libro. ¿Qué papel ocupa el Estado en la nueva ecuación revolucionaria cuando vemos que los movimientos sociales surgen como forma de resistencia al Estado y tienen que responder a su violencia? ¿Cómo podemos explicarnos a esa izquierda que se propuso luchar contra el capitalismo y acabó, como sanguijuela, viviendo del Estado? ¿Cómo caracterizar la política de esos nuevos movimientos sociales que parten de un rechazo al Estado, como el zapatismo, el movimiento piquetero argentino, los sin tierra de Brasil y las luchas que millones de jóvenes de todo el mundo han iniciado en contra de la globalización capitalista? ¿Cómo orientar el hacer revolucionario de estos movimientos?.
Los cuestionamientos recibidos acerca de la ausencia de un posicionamiento estratégico en torno a la política estatal, no desaniman a Holloway. Profundo conocedor del marxismo, desde hace varios años investigador del Posgrado de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Puebla y activista comprometido con la causa zapatista, Holloway reconoce que su propuesta todavía tiene mucho por recorrer: "Las discusiones hasta ahora se han enfocado en el pasado y no enfrentan el argumento central que es la responsabilidad que tenemos nosotros - los que estamos vivos - de resolver el problema de la revolución hoy".
* * *
Tu libro ha suscitado fuertes reacciones por parte de la izquierda ya que cuestionas las bases en las que se ha sustentado su política. ¿Qué es lo viejo de la izquierda? ¿Cómo caracterizarías el fracaso de su política?
En la izquierda, como en la sociedad capitalista en general, siempre existe la tendencia a congelar las ideas y las formas de organización, por eso ha perdido su carácter revolucionario. Un movimiento es revolucionario cuando reacciona, se revoluciona y mantiene una autocrítica constante. Sin embargo la experiencia del siglo XX nos muestra el fracaso de las luchas revolucionarias en todo el mundo - la URSS, China, Latinoamérica, África, Cuba - en el sentido de que la sociedad que surgió de esas revoluciones no corresponde a las esperanzas que les dieron origen.
Desde luego hay analizar cada caso de acuerdo con su situación histórica, pero no podemos obviar la pregunta ¿cuál es la causa de este fracaso? Yo considero que el problema está en el concepto de revolución que tenían quienes encabezaron esas experiencias, concebían a la revolución como la toma de poder estatal. La consecuencia la vemos estos últimos años con las nuevas luchas contra el capitalismo que han perdido la idea de la revolución, les parece un concepto irrelevante. Mi propuesta es regresar al concepto de revolución, pensar en él de otra forma, no como un proceso que pasa por la toma del poder estatal porque con eso nunca se han logrado los objetivos. Orientar los movimientos hacia el Estado implica la reproducción de las estructuras estatales dentro del movimiento mismo.
¿La idea de la toma del poder marca a todas las izquierdas revolucionarias?
No a todas, pero la idea de que el foco de la revolución es la toma del poder estatal ha sido el elemento central de casi todos los marxismos revolucionarios. Eso es lo que no funciona y por eso mantener esa idea implica un debilitamiento del movimiento anticapitalista. De ahí la urgencia de hacer una revolución que se conciba como la transformación del hacer humano, otra forma de organizar el trabajo, la producción, el consumo, el hacer material e intelectual, la transformación de la vida cotidiana de las sociedades.
Tu señalas que una nueva gramática revolucionaria implica la separación de la idea de revolución de la toma del poder estatal. ¿Qué papel ocupa el Estado en esa nueva gramática?
El punto de partida es el rechazo del capitalismo, que amenaza con la destrucción total de la humanidad. Decir no significa pensar y actuar a partir de ese no, concebir el mundo y nuestras luchas a partir de una negatividad que nos distingue de la positividad del capitalismo. Implica un modo propio de pensar, un lenguaje y formas de organización propias. Las instituciones sociales del capitalismo, como el Estado y los partidos políticos, nos invitan a adoptar la lógica de dominación del capital. Si queremos hacer efectivo el no al capitalismo, tenemos que ver cómo hacer para no meternos en sus estructuras, cómo desarrollar formas de organización que no se presten a la absorción dentro del capitalismo, dentro de las formas de organización desarrolladas como forma de dominación. El Estado nos separa de nuestra autodeterminación, nos divide en ciudadanos y no ciudadanos, nos distingue en mexicanos, holandeses, chinos o lo que sea. Si entramos al Estado aceptamos una lógica que absorbe nuestro rechazo.
No se puede cambiar la sociedad de manera radical a través del Estado porque este constituye una forma de relaciones sociales que, por su inserción en el capitalismo, busca la reconciliación entre las luchas sociales y la reproducción capitalista. Esto puede darse de diferentes maneras, puede ser mediante una supresión violenta o mediante una reconciliación más favorable a la sociedad, pero siempre el Estado subordina la insubordinación. Posiblemente tenga sentido en ciertas condiciones votar por un partido o por otro pero es absurdo creer que la sociedad se va a transformar de manera radical de esa manera.
Eso no quiere decir cerrar contactos con el Estado de forma definitiva, eso sería muy difícil. Todos tenemos un contacto diario con el Estado, como con el dinero. El problema es cómo manejar este contacto de una forma que no nos someta a la lógica estatal. Un ejemplo sería la forma como el EZLN se ha relacionado con el Estado, En los diálogos San Andrés y San Cristóbal tuvo contacto directo con el Estado, pero los zapatistas en los diálogos manejaron ese contacto de forma que no implicó las reglas del juego estatal. Este un problema cotidiano: cómo hacer para que ese contacto afirme nuestra propia dignidad.
Sin embargo, no podemos negar que la acción de la vieja izquierda cambió el rostro de las instituciones estatales. Tanto la socialdemocracia, que se propuso una reforma del capitalismo, como la izquierda revolucionaria, que quería tomar el poder para transformar a la sociedad, generaron respuestas. El Estado no sería el mismo sin doscientos años de lucha de clases, en los que se formaron los sindicatos y los partidos. ¿Qué tanto hay en la nueva izquierda de la vieja izquierda?
Hay una continuidad en tanto que la vieja izquierda también luchaba en contra del capitalismo. En muchos países la izquierda estadocéntrica tiene una fuerza importante, el caso fascinante es Brasil. La cuestión es saber si el gobierno de Lula logrará cambios reales y qué tanto influirá su gobierno para el desarrollo de una izquierda anticapitalista. Desde luego hay cosas importantes que un gobierno de izquierda puede conseguir, sobre todo reducir la pobreza, pero al mismo tiempo está colocado en una situación tal que la única posibilidad de incidir es en lograr la conciliación entre la luchas sociales y la reproducción del capital. El gobierno brasileño sin duda tiene que responder al movimiento social, por ejemplo al MST, pero por otro lado tiene que mantener tasas de ganancia atractivas, condiciones de acumulación para atraer al capital, eso implica contener o suprimir las luchas anticapitalistas. El Estado no puede decir no queremos al capitalismo.
Partidos y agrupaciones de izquierda han tomado el poder en Brasil, Ecuador y Venezuela. ¿Sus propuestas de gobierno están condenadas al fracaso en términos de esta transformación que planteas?
Sí. Estos gobiernos no van a poder cambiar la sociedad porque están insertos en la reproducción del capitalismo. No pueden incrementar medidas que dañan la reproducción del capital.
Cuando el capital amenaza: “me voy si no te portas bien”, tenemos dos respuestas posibles. Una es decir “vete, existe otra forma de pensar, de trabajar, de pensar el significado de la vida y lo que queremos”. Otra es decir “no te vayas, te prometemos portarnos bien, no nos despidas a nosotros, despide mejor a los africanos”, pero eso implica meterse en la competencia entre trabajadores, aceptar las reglas del capitalismo. Pero para el Estado solo existe una opción, atraer el capital. No importa si el gobierno es de izquierda o de derecha, tiene que hacer lo posible para expandir las ganancias. Una vez dentro de esta lógica, sí hay varios caminos: se pueden crear condiciones laborales matando obreros insumisos o impulsando un sistema de educación para formar obreros calificados, que es lo que distingue a los gobiernos de izquierda de los de derecha.
Sin embargo no solo tenemos la concepción marxista del Estado, hay otras fuentes para su interpretación. El contractualismo y el liberalismo consideran al Estado como el espacio que hace posible las libertades. La historia del Estado Moderno nos muestra que han sido los movimientos sociales los que han provocado su transformación; la revolución de los terratenientes en Inglaterra posibilitó que surgieran los parlamentos, la rebelión burguesa contra los privilegios en la revolución francesa es el origen de los derechos civiles, el recrudecimiento de la lucha de clases permitió conformar leyes a favor de los trabajadores, la crisis del capitalismo y el surgimiento del socialismo real orillaron al Estado de bienestar.
Cuando hacemos la crítica del estadocentrismo de la izquierda, siempre volvemos a la centralidad del Estado. Yo pienso que lo importante es la reconstrucción del hacer y el Estado es una forma opresiva del hacer. Los gobiernos pueden dar concesiones que implican un reconocimiento de la organización de los insubordinados y avances materiales importantes. El Estado de bienestar permitió beneficios reales para mucha gente, pero logró contener y apaciguar las luchas sociales anticapitalistas, cerró las posibilidades revolucionarias y posibilitó la supervivencia y reformulación del capitalismo, le permitió la movilidad necesaria que hoy está destruyendo a los estados de bienestar.
Tal vez sea mejor un gobierno del PRD, pero un gobierno así sería un intento más por reconciliar el descontento social con las necesidades del capital, y pasaría a formar parte del ataque del capitalismo contra de la humanidad. El problema no es solo mejorar un poco las condiciones, el problema es cómo abolir el capitalismo, porque si no resolvemos eso pronto corremos el peligro de que el capitalismo destruya físicamente a la humanidad. El capitalismo está expulsando a los humanos, hay dos mil millones de personas sin empleo capitalista, el movimiento del capital es tan rápido y tan grande que aun si tenemos trabajo estamos siempre bajo la amenaza de ser expulsados.
Estamos ante una idea presente en Marx y en Lenin, que el Estado es un instrumento de dominación de la clase capitalista, pero al mismo tiempo nos enfrentamos con una contradicción, producto de la herencia hegeliana de Marx, una idea que está presente en la vieja izquierda: que el Estado es el motor de las relaciones sociales. Molesta mucho a tus críticos, sobre todo a los argentinos, que uses categorías marxistas para cagarte en Marx.
Existe esta idea en la tradición marxista ortodoxa pero no la comparto, no creo en el Estado como un instrumento pues esto conlleva la idea de su neutralidad, de que puede ser usado para otros fines, que sería la lógica leninista. En el marxismo hay otra tradición, subversiva, heterodoxa, que parte de la critica de las formas sociales capitalistas: el valor, el dinero. El Estado como forma de relaciones sociales específicas que surge con el capitalismo, niega nuestra dignidad, nuestro hacer, nos humilla. El capitalismo fragmenta las relaciones sociales, los fragmentos parecieran ser cosas, el Estado pareciera ser una cosa, pero no, es una forma de organizar las relaciones entre personas en el capitalismo, es parte del conjunto de las relaciones de opresión, una forma importante pero no central. Lo central es la organización del hacer en tanto trabajo. Ese es el argumento central de Marx, y por eso hay que criticar la tradición marxista, pero hay que reivindicarlo porque es un pensador negativo, anticapitalista, de importancia enorme. Hay que tomar en serio la crítica que hizo al capitalismo. Y si eso enoja a los ortodoxos, ni modo.
El sujeto planteado por el marxismo ya no funciona, la lucha por el empleo ha hecho que la clase obrera pase a ser una clase defensiva. ¿Existen otros sujetos?, tu has hecho hincapié en crear un sujeto transformador.
Estamos en una posición contradictoria, por un lado estamos dentro del capitalismo, nuestro hacer es una hacer capitalista, como el trabajo o el consumo, pero además de ser trabajadores, hacemos otras cosas que no son trabajo. Existe un concepto del hacer que va mas allá del trabajo. La tradición ortodoxa marxista se enfoca en el hacer convertido en trabajo, el trabajo asalariado, y lo toma como la base de la organización social. Lo que olvida es que nuestra lucha es para emancipar el hacer del trabajo, somos trabajadores que no queremos serlo, queremos organizar nuestro hacer de otra forma. La lucha para emancipar el hacer del trabajo, va más allá del trabajo. Hasta ahora el sujeto revolucionario ha sido el sujeto subordinado al trabajo y lo que esto implica.
Por otra parte, la lucha de clases no es una lucha entre dos grupos, sino un antagonismo entre dos polos, un polo capitalista y otro que se puede llamar clase trabajadora. La forma de ese antagonismo cambia porque el capitalismo se desarrolla, eso implica que los polos del antagonismo también cambian. En la medida en que el capital se extiende a todos los aspectos de la sociedad, la lucha contra al capital debe permear todos los aspectos de la sociedad. Esto lo plantea Negri como la unidad entre las luchas dentro de la fábrica y fuera de ella.
¿Cuáles son los ejemplos de estos nuevos sujetos sociales?
Un ejemplo sería el zapatismo, que el marxismo ortodoxo descalifica como una lucha campesina sin importancia, no obstante que la resonancia de que ha tenido este movimiento nos dice otra cosa. La lucha de los zapatistas es una lucha anticapitalista que surge de su involucramiento dentro de las relaciones sociales del capitalismo.
Existen varias formas de entender al zapatismo, una de ellas se centra en el EZLN, pero debemos pensar en el zapatismo desde una perspectiva más amplia, como un movimiento que busca nuevas formas de expresar la rebeldía, nuevas formas de plantar la cuestión de la revolución y que tiene en la dignidad un objetivo y principio de organización.
Otro ejemplo son las luchas sociales en Argentina, donde se puede hablar por vez primera de un zapatismo urbano. Luchas urbanas dentro de las fábricas (hay 150 fábricas tomadas), que surgen de los antagonismos que implica el capitalismo. Es interesante ver cómo en Argentina los piqueteros están explícitamente influenciados por los zapatistas, se consideran como parte de la misma lucha, del mismo rechazo a las viejas estructuras de la izquierda, de la misma lucha por la dignidad.
La política de autodeterminación de los zapatistas, mediante la construcción de municipios autónomos, obliga a un cambio del Estado de modo que este reconozca los derechos indígenas y su autonomía. Los sin tierra están haciendo ocupaciones y eso pone de relieve la necesidad de una reforma agraria en Brasil. Esos movimientos imponen una reformulación del Estado. Eso ¿es positivo o no?
No se trata de una posición de pureza sino de entender lo que implica el Estado como forma de organización social. Lo importante no es que los zapatistas luchen por el reconocimiento de sus derechos como indígenas, lo importante es cómo lo hacen, cómo piensan esa relación con el Estado. Cuando van a los diálogos insisten en mantener sus formas de organización, lo mismo en la marcha del color de la tierra, ellos impusieron el modo de afirmarse. Incluso al participar en el Congreso rechazaron que fuera el líder quien hablara y sorprendieron a todo el mundo con la participación de la comandante Esther. En este proceso hubo un enfrentamiento con el Estado según las propias formas de organización y de actuar de los zapatistas. Lo central no fue lo que pasó después en el Congreso, sino la reafirmación de su autodeterminación en sus comunidades.
Los zapatistas mantienen su propuesta de reforma, de hecho esa es una de las condiciones del diálogo, y en ese sentido hacen política en un sentido clásico, aristotélico. Apelan a la soberanía de la nación, pues el Estado es el resultado de la revolución mexicana, de la cual también son herederos, para rescatar a las instituciones de la manipulación capitalista y resignificar las relaciones sociales a partir de la idea de dignidad..
El universo político clásico implica divisiones que los zapatistas atacan. La política en términos clásicos, como esfera particular, implica seriedad y descalifica lo frívolo, es una esfera aburrida. Hay gente que crítica los comunicados por su falta de seriedad, pero los zapatistas cuestionan esa separación: ni la política, ni la rebeldía son cosa seria. Eso es lo que dice Marcos en su respuesta a la ETA: ustedes se toman demasiado en serio. No lo dice en broma sino como principio. Sus cuentos y anécdotas no están al margen de la política, plantean otro concepto de ella.
Por supuesto que el reconocimiento - yo diría más bien la aceptación - por parte del Estado de los derechos indígenas implicaría mejores condiciones de lucha y por tanto de vida. Los zapatistas quieren imponer esa aceptación por parte del Estado, sin entrar en el juego político de partidos y elecciones, del lobby, los medios que el estado usa para asimilar a los movimientos sociales.
Retoman la política frente al Estado y frente a una serie de movimientos que han perdido visión política en aras de la gestión social, los créditos agrarios o de vivienda. Los que están fuera de la política son esos movimientos asistenciales y clientelares, los zapatistas ponen el acento en las fuentes de la política: apelan al artículo 39 constitucional, que señala que la soberanía nacional recae en el pueblo, para levantarse en contra del mal gobierno.
Yo diría que es antipolítica en el sentido de que son muy conscientes de las formas políticas y proponen otras formas de organización. Esto no quiere decir que la política no importa sino que nuestra lucha siempre es política. La teoría de Marx es una crítica a la política, a la fragmentación de las relaciones sociales, a la separación entre economía y política y por lo tanto al concepto tradicional de revolución. La política revolucionaria tiene que ser una política antipolítica. Es decir, estar concientes que vivimos dentro de las formas capitalistas y que nuestra lucha es en contra de esas formas y en favor de otras.
Has señalado que en Argentina también se está construyendo un nuevo sujeto social en la perspectiva de la revolución. No obstante varios analistas - entre ellos Almeyra - cuestionan que el movimiento asambleístico argentino tiene problemas para definirse frente al poder. Los piqueteros plantean que se vaya la clase política pero no ofrecen una alternativa para enfrentarla. Los zapatistas plantean resemantizar la política, en cambio en Argentina el movimiento es más contestatario que propositivo.
Seguimos viendo a los movimientos en términos estadocéntricos. La pregunta importante no es qué tipo de gobierno va a salir de las elecciones en Argentina, el problema es cómo fortalecer el brote de rebeldía que se ve en el movimiento piquetero y asambleísta, en la toma de fábricas, la creación de clínicas, centros sociales y escuelas. Esta es una pregunta para la gente del movimiento. El sentimiento de muchos piqueteros es que ir a las elecciones hubiera debilitado al movimiento y su capacidad para crear estructuras autónomas, un poder popular, un antipoder anticapitalista. Ellos tienen que fortalecer el movimiento y concentrar su esfuerzo, no tanto en las protestas o la lucha electoral, sino en las construcción del hacer colectivo.
¿No corren el riesgo de ser absorbidos por el capitalismo desde una perspectiva asistencial?. Tenemos el caso de muchas ong"s, que desarrollan proyectos productivos alternativos, pero que solo ofrecen alternativas a la crisis del Estado de bienestar. Lo que antes correspondía al Estado ahora lo absorben los organismos no gubernamentales.
La gente está consciente de eso. Los piqueteros de Solano tienen un comedor comunal, y se han cuidado de no limitarse a proveer un servicio que le tocaría al Estado. Ellos dicen que lo que quieren es fortalecer al movimiento y eso incide en la organización del comedor: decidieron darles de comer a los niños por una vez, pero si vienen una segunda ocasión no les dan hasta que sus padres no se involucren en la lucha piquetera. No quieren ser un servicio social. Consideran que la gente no es víctima sino que debe asumir una responsabilidad en la lucha. Solo concibiendo a la gente como sujeto, en la perspectiva de la transformación social, es como se puede enfrentar el problema.
¿Podemos situar en esta tesitura revolucionaria al movimiento antiglobalización que se ha desarrollado sobre todo en Europa? Nosotros vemos que es un movimiento más amorfo, que arrastra contradicciones y herencias contrapuestas.
En Europa hay una cosa difusa. No hay nada con la fuerza del zapatismo, los sin tierra o el movimiento argentino pero si una multiplicidad de movimientos que tienen mucho en común con ellos. La resonancia del zapatismo en Europa muestra que existe la misma búsqueda, las mismas preocupaciones, entre ellas el rechazo al Estado y a las formas partidarias de la política. En el movimiento globalifóbico hay ideas contradictorias, unas vienen del marxismo, otras del espiritualismo, del new age, del anarquismo o de la autonomía. Esta riqueza me parece muy buena, pero para evitar que el movimiento se pierda hay que empezar a aclarar la confusión de ideas que existe en su interior, en términos de pensar no solo en la rebeldía sino en cómo superar al capitalismo. El argumento de mi libro tiene dos caras, una cara es contra la visión estadocentrista de la revolución, pero la otra es que tenemos que pensar en términos de revolución, no basta hablar de rebeldía. Si lo que queremos es destruir la sociedad que nos destruye y construir otra forma de hacer, tenemos que ir más allá de la rebeldía.
¿Qué papel juegan en la nueva gramática revolucionaria conceptos como el liderazgo, el programa, la unidad, que han caracterizado el hacer de las izquierdas?
No tienen lugar. La nueva gramática busca la autodeterminación, en este sentido es antiautoritaria. Esto no quiere decir que se rechace la organización, sino que los puestos de liderazgo deben fundarse en el mandar obedeciendo, no en las decisiones de jefes, caciques o de la vanguardia de la revolución.
La noción de programa es una forma de imponer el pasado sobre el futuro, eso significa que no debemos pensar los movimientos a través de programas sino que los movimientos deben resistir las definiciones e irse creando a sí mismos todo el tiempo.
Tu libro constituye una invitación a la reflexión que ha generado un buen debate. Muchos miembros de la izquierda comunista reaccionaron indignados, los que esperaban una receta reclamaban porque el final dices que no hay respuestas a la pregunta del título. Nosotros pensamos que tu reflexión no ha sido comprendida. ¿Cómo bajar tus planteamientos a las organizaciones sociales y políticas para que puedan replantear su camino?
La gente está buscando respuestas pero no hay una respuesta en términos históricos. En lugar de pretender que tenemos respuestas es mejor discutir y estar abiertos al pensamiento. La cuestión no es cómo dar una respuesta sino cómo desarrollar la pregunta, una cuestión teórica y práctica. Todo el tiempo surgen de las luchas nuevas formas de entender esa pregunta.
Estoy contento que el libro haya estimulado la discusión. Hay gente que reacciona a partir del título y escriben su reacción al llegar a la página 42, otros me han respondido con base en slogans lo que muestra una falta de confianza en los propios argumentos, pero también hay gente que plantea que el argumento es serio, aunque no esté de acuerdo en algún aspecto y desarrolla las razones del desacuerdo, se dirigen a la sustancia. Son reacciones honestas de gente preocupada por repensar el significado de la revolución.
Cuando acabé el libro no había el mismo ímpetu en América Latina. Si tuviera que escribir el libro otra vez trataría de ir más allá en la formulación de la pregunta y trataría de plantear la cuestión de la revolución en términos de cómo fortalecer y articular las rebeldías, cómo multiplicar las fisuras, los espacios donde la gente dice "aquí no manda el capital y vamos a hacer las cosas de otra forma". Pensar la revolución en términos de cómo reconocer a los sujetos alternativos; cómo impedir la integración al capitalismo; cómo reconocer las expresiones del rechazo. Desarrollaría más el argumento del último capítulo no para dar respuestas, sino para desarrollar la pregunta. El argumento principal es pensar en la urgencia de la revolución y discutir lo que hoy significa, el libro es una invitación y soy parte de ese proceso.
Alguien ha dicho que estás tirando la experiencia de los movimientos revolucionarios del siglo XX por la borda, que estás tirando al niño con el agua sucia. ¿Ya no tienen validez los métodos y propuestas de las experiencias revolucionarias del siglo XX?.
En el siglo pasado hubo mucha gente que dedicó su vida a crear una sociedad mejor, muchos murieron en la lucha. Es importante rescatar su memoria y honrar sus luchas, pero la única forma de hacerlo es no permitir que el concepto de revolución se vacíe y pensar en su significado, criticar el estadocentrismo de la izquierda. Lo importante es mantener viva la conciencia de la urgencia de transformar la sociedad de forma revolucionaria. Yo pienso que la única alternativa política y practica para sobrevivir es decir adiós al capitalismo.